Publicado el

¿Quién es Maquiavelo?

zzSanti_di_Tito[1].jpgLo he dicho más de una vez, pero debo hacer notar que nuestro dirigentes han leído muy mal El Príncipe de Maquiavelo. Decía el autor florentino que el Príncipe (tradúzcase por dirigente) debe mostrar siempre un ánimo distinto al de sus allegados y que así se transmita al pueblo. Cuando todo el mundo está nervioso, el Príncipe se ha de mostrar sereno; si hay desánimo entre los suyos, él debe arengarlos con brío; si su gente está envalentonada, él ha de ser prudente y comedido. Y todo esto porque, al estar de ánimo distinto, todos piensan que él sabe lo que hay que hacer, y en esa confianza se suelen conseguir los objetivos. Está claro por lo tanto que no es que no hayan leído El Príncipe, es que ni siquiera saben qué significa liderar una sociedad, que encima los ha puesto al timón con sus votos. O sea, no saben siquiera quién fue Maquiavelo. El país se va al garete y ellos siguen con su guirigay productivo (para ellos), y hasta son capaces de fracturar una sociedad tan sólida como la catalana para huir hacia adelante acusando a los taimados y borbónicos tribunales a las órdenes de Madrid de una persecución personal. Su corrupción hace que arrastren al abismo a todo un pueblo. El noroeste de África se incendia con una situación muy complicada que puede salpicarnos, Cáritas no da abasto, el tejido económico está yerto, y ellos siguen con sus batallitas particulares. Pero no hay que preocuparse, alguien que pretenderá haber leído y entendido a Maquiavelo nos creará seguridad psicológica porque la gala del Carnaval va a presentarla Bustamante. Pobre Maquiavelo.

Publicado el

Nunca pasa nada

zzPICT0106.JPGSiempre se ha dicho que el código penal se hizo para los pobres y el de comercio para los ricos. Se supone que en sociedades democráticas esto no debiera ser así, aunque con la reforma de las tasas judiciales de Gallardón esto se hace cada día una realidad más sangrante. Luego hay otro apartado, que es el de las responsabilidades de los políticos; no es que nunca respondan de actuaciones deliberadamente temerarias y perjudiciales contra el interés general, es que ni siquiera rozan el código penal cuando actúan claramente contra lo básico de forma personal. No importa que un tribunal condene a agentes policiales por torturas porque luego viene el indulto del Consejo de Ministros, no importa que se haya demostrado la implicación de CIU en un asunto de financiación ilegal, todo queda resuelto diciendo que los responsables económicos de hace 17 años ya están fuera del partido. No importa nada, hay impunidad absoluta, y se permiten el descaro de actuar como el exconsejero de Sanidad de Madrid, que dos años después de dejar el cargo le adjudican el control privado de los análisis clínicos a la empresa de la que es asesor, o los expresidentes del Gobierno o ministros y ministras de mucho peso que viven en el Edén de los consejos de administración nominal de empresas eléctricas, de comunicación o de otro tipo que en su momento ellos favorecieron desde el poder. El hijo de Pujol ha reconocido que tiene dinero en paraísos fiscales y tampoco parece que eso vaya a incidir en su carrera política. Total que hemos llegado a una sociedad en la que los platos rotos los va a pagar La Pantoja, y políticos y empresarios corruptos se van a ir de rositas.

Publicado el

La deuda soberana o el caballo de Atila

Pido paciencia, pero tengo que extenderme para explicarme. Sé que soy de letras, pero las cuatro reglas básicas de la aritmética las controlo y no me salen las cuentas. Vamos a ver; en 2007, hace cinco años, el entonces presidente Zapatero dijo textualmente: «En esta Champions League de las economías mundiales, España es la que más partidos gana, la que más goles marca y la menos goleada». Para remachar ese supuesto campeonato, el ministro de Economía de entonces dijo que el superávit de las Administraciones públicas alcanzó los 23.368 millones, lo que representa un 2,23% del PIB, y que eran los mejores datos de la democracia. O sea, éramos ricos colectivamente.
zzxxhunos%s[1].jpgMiramos en el BOE los Presupuestos y es un galimatías, pero se puede atisbar que el Estado gasta cada año entre 120 mil y 140 mil millones, dependiendo de ajustes y recortes. Si los ingresos son menores a causa de la crisis, pongamos que cada año hay un déficit de entre 10 y 20 mil millones, que sumado en los últimos cinco años nos da un total de unos 100 mil millones como máximo. Y ahora resulta que dicen que la deuda soberana total española es de más de 900 mil millones, de los cuales unos 700 mil corresponden al Estado Central y el resto a las autonomías y los ayuntamientos.
Perdonen el esfuerzo de concentración, pero si todavía me siguen verán por qué las cuentas no me cuadran, ya que si en el peor de los casos se han acumulado 100 millones de deuda en cinco años (recuérdese que en 2007 jugábamos en Wembley con superávit), me pregunto por qué el Estado debe 700. Y nos vuelven locos con porcentajes que quieren que no entendamos, con primas de riesgo y otras lindezas y claramente nos mienten, porque es inexplicable. Puede ser que esos 600 millones de diferencia sean deuda privada que el Estado ha convertido en suya, y entonces nos están diciendo a la cara que estamos ante un atropello, porque los ciudadanos tienen que pagar deudas que nunca contrajo. Y hay otra pregunta: ¿en qué se gastaron quienes quiera que fuesen los que pidieron ese dinero que ahora figura como deuda de España? Desde luego no fue en crear puestos de trabajo, porque lo que cabe preguntarse también es dónde está ahora mismo y quien controla esa ingente pila de dinero, porque 600 mil millones de euros no se evaporan, son como la energía, que se transforma. ¿En qué los han trasformado?
Así que ni la sanidad, ni la educación, ni los servicios sociales han aruinado España, porque si en cinco años hemos pasado de tener superávit a deber aproximadamente cinco años de presupuesto, es como si Hacienda no hubiera ingresado un solo euro en ese tiempo. Que venga alguien y me lo explique, porque el asunto es cien veces más gordo que cualquier corrupción millonaria que conozcamos, que comparadas con estas cifras mareante son calderilla. Un agujero de esas dimensiones no se crea pagando ambulancia para enfermos crónicos o pagando profesores, policías y bomberos. Ni siquiera con cientos de corrupciones valencianas. ¿Y eso lo arreglan recortando diez mil millones en Sanidad y Educación o expoliando una misérrima paga de Navidad a los trabajadores públicos? Es de chiste. Aquí se ha montado una mentira gigantesca y alguien debe tirar de la manta, porque se trata nada más y nada menos que de malvender las naciones del sur de Europa al gran capital del Norte, y todos los que en España, Italia, Portugal o Grecia les hacen los coros y otorgan (callan la verdad) son cómplices del mayor robo de la historia. Más que robo, es saqueo y pillaje. Atila al menos daba la oportunidad de defenderse. O puede ser que verdaderamente yo no tenga ni idea de aritmética.