Los gitanos
Da grima el patetismo de la UE en el asunto de la expulsión de los gitanos de Francia. Han cogido el rábano por las hojas y han condenado las palabras de la Comisaría de Justicia de Bruselas cuando comparó estos hechos con las deportaciones en masa de judíos que realizó el colaboracionista gobierno de Vichy hacia los campos de exterminio nazis. Han puesto el grito en el cielo por las palabras de la Comisaria y han dejado atrás la clave del asunto, con lo que Sarkozy ha hecho trampas y la UE se lo ha consentido.
Yo no sé qué es y qué no es políticamente correcto para una Comisaria Europea, pero lo que dijo es una verdad como una catedral, y yo, que no tengo por qué ser políticamente correcto, digo que esta persecución -porque es una persecución- rememora otras expulsiones sangrantes, como las que hicieron los Reyes Católicos de los judíos y moriscos, Felipe III de los moriscos que quedaron o Carlos III de los jesuitas. A estas alturas de la historia uno creía que eso eran cosas del pasado, y más en un país como Francia, que se ufana de ser la patria de la libertad en los últimos dos siglos.
Por otra parte, los gitanos tienen en España un ADN histórico, pues incluso se les relaciona con el origen de algo tan español como el flamenco. Pero siempre han vivido marginados, aunque hay que decir que ellos tampoco hacen titánicos esfuerzos por integrarse en un tipo de vida menos aferrado a tradiciones que a veces no cuadran con estos tiempos. Y cuando hay un suceso, si hay gitanos de por medio, eso es lo primero que se dice. Es cierto que hay sucesos en los que están involucrados gitanos, negros, sudamericanos, homosexuales o cualquier otra minoría, pero también quienes no lo son. Y se cuelga siempre el sambenito a la minoría, y cabe preguntarse también si fue primero el huevo o la gallina, porque una colectividad marginada crea sus propias reglas. Creo que habría que hacer un esfuerzo por parte de todos, aunque no va por ahí la cosa, pues hasta Sarkozy ha vuelto a la Inquisición…
Nueve años después del 11-S, estamos peor que estábamos. Una guerra inútil en Irak, que derribó a un dictador y luego sumió en el caos y la miseria a la población. Encima ha hecho que Al Qaeda, que antes no estaba en Irak, ahora mate un día sí y otro también. Otra guerra en Afganistán, donde no ha podido vencer nadie en toda la historia conocida, tal es la dureza del territorio y del clima. No sólo fueron derrotados hace unos años los soviéticos (con la ayuda nortemericana en la creación del movimiento talibán), también fueron rechazados todos los ejércitos que intentaron ocupar aquel territorio, desde el legendario Gengis Khan hasta los británicos en la cima de su imperio.