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Esto es la vida real

El problema no es que a Zutanito lo hayan cesado de un cargo en el Congreso, sino que hay gente que muere porque contra la pobreza energética solo hay palabras, no hechos.
El problema no es que los ministros sean del mismo bando dentro del partido gobernante, sino que al nuevo gobierno no se le ha visto la más mínima señal de que quiera de verdad gobernar para todos. Al contrario.

Foto fija ffbb.JPGEl problema no es que estén haciendo juegos malabares con el futuro de la LOMCE, sino que, argumentando una falsa propuesta de libertad de elección, cada vez haya más dinero para la enseñanza privada y menos para la pública.

El problema no es que este o aquel partido tengan crisis, conflictos encubiertos sobre la sucesión o debates inacabables para conseguir el liderazgo, sino qué hacen realmente por la ciudadanía (aparte de cansarnos con sus cantinelas reiterativas) esos responsables políticos que se desgañitan en los medios a todas horas, como si fueran predicadores del país de Nunca Jamás.
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Democracia, caciquismo y justicia

Cabecilla, dueño, caudillo, jefe, micado, abusón, señor, autoritario, soberano, cabeza, ayatolah, tirano, déspota, dominador, oligarca, triturador, amo, quebrantador, violador, explotador, mentor, atemorizador, abatatador, humillador, prevaricador, amedrentador, avasallador, arbitrario, azotador, esclavizador, Foto0411zzz.JPGmandamás, subyugador, caporal, poseedor, preboste, capitoste, mandón, autócrata, sojuzgador, iluminado, absolutista, artero, sátrapa, propietario, dictador, curaca, terrateniente, gamonal, opresor, padrecito…
Son cincuenta maneras de llamar al cacique que es dueño de la hacienda o del trabajo de otros y se cree también dueño de sus cuerpos y sus almas, incluso de sus vidas. Las he escrito recordando pasajes que he leído en nuestra lengua, y estoy seguro de que hay otras tantas palabras, nacidas de la miseria y el miedo. Demasiadas palabras para nombrar la injusticia. Continuar leyendo «Democracia, caciquismo y justicia»

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El podio hispano del humor

Umberto Eco, en El nombre de la Rosa, hace decir a uno de los personajes que la risa mata el miedo y sin el miedo no hay lugar para Dios. Graves palabras cuando andan de por medio curas y frailes, que tienen como fuente de su actividad, pensamiento y vida precisamente el concepto de Dios. Umberto Eco me cae muy bien por su talante y por esta y otras novelas (El péndulo de Foucault, bueno…) y desde luego soy partidario del humor como defensa legítima contra la propia vida, que es un disparate. IMG_3799eee.JPGPero no del humor grueso del chiste ni de la obligación que parecen tener algunas personas de certificar que son graciosas. Ese humor no me interesa, justamente porque ni siquiera es humor, es risotada u otra cosa grotesca. El humor de verdad es el que aparece en las situaciones más insospechadas, incluso en momentos de gran dramatismo. A nadie se le esconde que el actual momento es casi el cenit del drama. No quiero hacer lacerantes enumeraciones, pero el colmo de la confusión son los síntomas de desnorte que vemos cada día, como el Brexit, las elecciones norteamericanas o a Marie Le Pen oliendo el césped del Elíseo. Continuar leyendo «El podio hispano del humor»