¿Es el hombre un vampiro del poder?
ACABO DE CONOCER LA NOTICIA DEL FALLECIMIENTO DE LA SEÑORA MARÍA DOLORES CANO, HERIDA EN EL ACCIDENTE OCURRIDO EN LA SUELTA DEL PERRO MALDITO DE VALSEQUILLO. CON EL CARIÑO QUE SIEMPRE GUARDO A ESE PUEBLO -EN EL QUE VIVÍ BUENA PARTE DE DE LO MEJORES AÑOS DE MI VIDA- LAMENTO QUE UN DÍA FESTIVO EMANADO DEL AMOR A LAS TRADICIONES HAYA DADO ESTE RESULTADO TAN TERRIBLE. TODA MI SOLIDARIDAD CON VALSEQUILLO Y, POR SUPUESTO, CON LA FAMILIA DE MARÍA DOLORES CANO.
A lo largo de la historia, hemos visto cómo los movimientos sociales con las mejores intenciones se diluían en unas nuevas desigualdades. Cuando hay un enemigo común, todos se unen, pero si se alcanza el éxito empiezan las diferencias, porque cada sector que participaba en la lucha tenía una idea distinta. Pasó así en la Revolución Francesa, en la Rusia Soviética, en la Revolucion Mexicana, en China o en Nicaragua. Mientras existe un Zar, un Somoza o un Porfirio Díaz al que derrocar todo el mundo arrima el hombro. Una vez derrocado, la experiencia de las revoluciones burguesas, campesinas o proletarias nos dice que al final, quien controla el poder establece una nueva clase dominante que tiende a perpetuarse. ¿Quiere esto decir que es inútil intentar cualquier cambio porque a la larga será más de lo mismo? Quiero pensar que no, que el ser humano no es un vampiro del poder. Porque el poder en sí mismo no es malo, es incluso necesario, pero es su utilización la que a menudo lo pervierte. Se ha de mirar el interés de la mayotía, a ser posible de todos, no de unos pocos privilegiados. Decía Tierno Galván que la democracia es el menos malo de todos los regímenes, y creo que hay que luchar por perfeccionarla. Me dan miedo las consignas que afirman que los diputados no nos representan. ¿Y entonces? ¿Es que no han sido elegidos por millones de personas? Es verdad que los sistemas son defectuosos y a menudo proclives a alinearse con los poderes económicos, pero eso es precisamente lo que hay que cambiar, no eliminar la representatividad política. El sistema soviético, que en teoría iba de abajo a arriba, acabó funcionando a la inversa. Qué oportunidad histórica se perdió entonces. Antes la habían perdido Robespierre, Dantón y Marat, que en su obsesión por implantar los matices de sus ideas dieron lugar a que naciera un monstruo dictatorial como Napoleón.
Se habló no hace mucho de una posible erupción entre Gran Canaria y Tenerife, que si fuese lo suficientemente copiosa funcionaría como puente y arruinaría a las navieras. Eso es poco posible por la profundidad del mar en la zona, y desconozco qué profundidad hay en el Mar de las Calmas. Puesto a imaginar -novelista al fin- podría surgir del mar una nueva masa, construida capa a capa por lava humeante que haría hervir el mar y que poco a poco sería una nueva isla. Si seguimos imaginando, estaría unida por un istmo a la zona de La Restinga y podría duplicar o triplicar el territorio herreño, o bien establecerse sola, fundando un nuevo Sur geográfico para Canarias. Y, claro, emergen también las preguntas: ¿De quién sería la isla? ¿Quién obtendría beneficios especulando con las construcción de poblaciones, carreteras y servicios? ¿Quién viviría en Nuevo Sur? ¿Tendría ayuntamientos y cabildos? Y un problema añadido: se rompería la famosa triple paridad de diputados para el Parlamento de Canarias, y habría que buscarle representatividad en el Senado, con lo que habría que reformar la Constitución. La isla Nuevo Sur desencadenaría la avaricia económica, la voracidad política y concesiones a pioneros (no pongo la lista porque serían los de siempre) como cuando el Gobierno de Estados Unidos se hizo con los territorios de La Louisiana y La Florida y el presidente Jefferson repartió aquella nueva riqueza entre los tabaqueros de Virginia y las más preponderantes familias de la costa Este. Yo creo que, conociendo la cabras del rebaño, lo mejor es que el volcán no erupcione o que si lo hace solo construya una montaña bajo el agua y no funde un San Borondón para la discordia.