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El más europeo de los escritores


zsemprun[1].jpgCon la muerte de Jorge Semprún desaparece el último intelectual español de la vieja escuela, hombre de acción en la Resistencia francesa (como Camus), activista político (como Neruda), cautivo (como Cervantes), ministro (como Malraux) y sobre todo gran escritor. Escribía originalmente en francés, pues Francia fue su segunda patria, aunque algunas de sus obras nacieron en castellano, pero esa lejanía de nuestra lengua le privó del Cervantes. Al mismo tiempo, su origen español le impidió ser miembro de la Academia Francesa. Demasiado a la izquierda para ser aceptado por la clase conservadora de la que provenía; demasiado humano para ser aceptado por el stalinismo del Partido Comunista de Dolores Ibárruri y Santiago Carrillo. Fue expulsado de muchos lugares, y al final se dio cuenta de que su casa era Europa y su ideología la supervivencia. Sobrevivió a los campos de exterminio nazis, a la aversión que despertaba entre los escritores españoles de su generación (lo llamaban señorito, pero ninguno de ellos tenía sus cicatrices), sobrevivió a casi todo, menos a sus 87 años. Su biografía es más inverosímil que la de un personaje de novela, pero es real. Tuvo una y otra vez muchas razones para el odio, la venganza, la revancha y el ajuste de cuentas. Eso no iba con él, siempre trató de acercarse a la idea de reconciliación, tanto en sus novelas como en sus libros de memorias. Federico Sánchez fue su alter ego en el PC clandestino y en la plica del Premio Planeta. Probablemente sea Jorge Semprún uno de los más importantes escritores que tenga una idea clara de lo que es ser europeo, y eso lo aprendió con dolor. Pero nunca se escuchó de su boca un reproche. Era grande hasta en eso.

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Feria del libro y política cultural


La celebración en estos días de la Feria del Libro de Las Palmas de Gran Canaria, dentro del marco de lo que se ha dado en llamar la Feria del Libro de Canarias, pone de nuevo sobre la mesa preguntas que nos venimos haciendo desde hace tiempo y que ninguno de los sucesivos gobiernos de Canarias, corporaciones insulares y consistorios municipales han sabido responder.
lllibbbrrrooo.JPGViejos temas como la creación de cauces culturales, apoyo a la iniciativa privada en el mundo editorial o el Instituto Canario del Libro son párrafos más o menos brillantes en campañas electorales, ruedas de prensa o intervenciones institucionales. Al final, todo se ampantana y la política cultural acaba siendo movida por la inercia, bajo disculpas tan pueriles como recortes presupuestarios, que luego se desdicen cuando vemos que a menudo los dineros culturales se gastan en acciones inútiles que generalmente tienen mucho ruido y pocas nueces. Y como hoy se presentan 12 libros a las 12 en la carpa del Parque de San Telmo, los cito para que huelan tinta fresca.