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Insultar a la gente

b88.JPGYa sé que muchos pensarán que tengo una perreta con el fútbol, pero es que lo que sucede me parece impresentable, insolidario y burlesco, una grosería para la gente que lo está pasando mal. Repito que me gusta el fútbol, pero no el mundo que lo rodea, y es terrible ver cómo se aplican decenas de millones, sin el menor rubor, para fichar a Kaká, a Villa o a quien sea, que encima cobran salarios de seis millones de euros libres de impuestos, más publicidad. Un tipo así, no sólo no debe cometer un solo fallo, porque no es humano, sino que cada patada suya debe ser gol. Es que por ese precio no se puede pedir menos.
Y el que se ruboriza soy yo, cada mañana, cuando veo los titulares con esas cantidades ingentes de dinero, mientras la economía continúa estancada porque dicen que no hay liquidez. Tanta hipocresía me cabrea, y no entiendo como el común de los mortales ve normal que se pagues esas cantidades indecentes por jugar al balón o por ser Harrison Ford o Angelina Jolie. Es vergonzoso, como pasearse en Rolls-Royce por un poblado de chabolas. Y lo más triste es que tiene tintes de normalidad. Pues no, no es normal, es una indecencia.
Mejor, me tomo la cerveza tranquilito, no vaya a ser que me suba la tensión.

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Eurocéntricos

Vaya por delante que lamento el accidente o lo que sea ocurrido al avión de Air France, en vuelo desde Río a París. Muchas veces me asombro del atrevimiento de los seres humanos al volar sobre la inmensidad de un océano, la terrible y extensísima calcinación de un desierto o de las extensiones heladas del Polo Norte. Si un avión sufre un percance en esos lugares las posibilidades de rescate son muy escasas, porque algo tan básico como localizar el avión es casi un imposible.
DSCN1985.JPGPero lo que me extraña -no debería, porque es moneda corriente- es el jaleo mediático que se ha organizado, y todo porque es un avión con viajeros del Primer Mundo, de una compañía prestigiosa y con destino París. Los medios para su localización tienen que ser los máximos, pero que se monte un dispositivo parecido al de un terremoto, un huracán o un sunami, con Sarkozy liderando a lo Indiana Jones el asunto, es un detalle de cómo los políticos lo aprovechan todo para crearse imagen.
Cuando es un cayuco el que se pierde, cuando se desborda un río en un país que casi no está en el mapa, hay escasa atención mediática. Pero, claro, un avión francés no es lo mismo que un tren descarrilado en La India, o un terremoto en una perdidas montañas donde sólo viven unos tipos con turbante. Y es que seguimos siendo eurocéntricos. Ojalá encuentren el avión y haya el mayor número de supervivientes, todos si es posible.
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(Por fin ya vuelvo a tener mi ordenador de toda la vida)

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No nos hagan cómplices de sus errores

Los políticos se aprovechan de la desmemoria, creen que la gente no se acuerda de lo que ellos dijeron, y la verdad es que algo de eso hay, porque si no no se explica que algunos sean elegidos una y otra vez. Pero eso incluso lo considero normal, lo que ya me parece atrevido es pretender hacer desmemoria de lo que han hecho o dicho los demás. Digo esto, porque últimamente la mayor parte de nuestros políticos (bueno, «nuestros», la verdad es que cada uno es de su padre y de su madre) andan por esos medios haciendo tabula rasa de lo que se ha dicho durante años, descubriendo el Mediterráneo y haciendo que no podamos confiar en quienes así se conducen.
wfg.jpgComo ejemplo, hace unos días, en un programa de radio local, un destacado y conocidísimo político (no digo el nombre porque no quiero hacer recaer solamente en uno el pecado de muchos) vino a decir: «Hemos vivido en la ceguera, creyendo que con el turismo y la construcción íbamos a seguir creciendo eternamente. La crisis nos ha revelado que tenemos que diversificar la actividad económica y recuperar sectores como la agricultura que hemos ido abandonando».
¿Me lo dices o me lo cuentas? De repente se han caído del caballo, pero ese camino de Damasco venimos recorriéndolo algunos durante décadas. Desde hace diez, quince, veinte años, muchos lo hemos puesto por escrito y lo hemos proclamado en cuantos foros se nos ha dado voz. No hacía falta ser visionario, lo decía mi abuelo y lo repetía cualquier campesino que conoció otros tiempos. Es de Perogrullo. Hacer del turismo y la construcción un monocultivo es lo mismo que las etapas del vino, la cochinilla o el plátano y el tomate. Es de lógica elemental no poner todos los huevos en el mismo cesto.
Por lo tanto, señores políticos, asuman sus errores y no nos hagan cómplices de su ceguera o, lo que es peor, de su connivencia interesada. Ahora, en plena crisis, es más complicado cambiar el paso, pero más vale tarde que nunca, y ojalá no se vuelva a las andadas, aunque me temo que, como ha pasado en el último cuarto de siglo, esto es predicar en el desierto, porque cuando vuelvan las vacas gordas -que volverán tarde o temprano- se reproducirá el mismo error que llevamos cometiendo durante cinco siglos.