Criminales míticos (I)
Los norteamericanos son muy dados a crear leyendas, y la demostración está en que en el siglo XX la mayor parte de los personajes supuestamente legendarios proceden de allí, fueran del cine, del rock o del crimen. Por eso a nadie ha de extrañar que en el país en el que toman forma de divinidad los Kennedy, Michael Jackson o James Dean, también sean mitos asesinos consumados como el estrangulador de Boston, Billy «El Niño» o Jesse James.
En los tiempos de la Ley Seca también se crearon mitos criminales, desde Bonnie y Clyde a la anciana Kate «Ma» Baker, pasando por todos los mafiosos italianos e irlandeses representados por personajes de ficción como Vito Corleone, «El Padrino». Hasta Charles Manson empieza a ser un mito.
Ahora el que se ha puesto de moda es John Dillinger, otro producto de la Gran Depresión, porque es el personaje cinematográfico del momento, con el estreno de la película Enemigos públicos. No he visto la película, pero me suena que hasta nos va a caer bien, porque el actor que lo encarna, Johnny Depp, es de los que caen bien, y es precisamente el cine el que haya hecho que tanto asesinos como agentes de la ley con no muchos escrúpulos estén en la mitología de una nación que repite continuamente «Dios salve a América».
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John Dillinger no tenía el rostro simpático de Johnny Depp.