La verdad es la verdad
Dice el viejo aforismo que la verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero. Ya sé que para muchos Julio Anguita es un «iluminado», cosa que yo no comparto, y digo a la vez que tampoco comparto la intransigencia irreductible de algunos postulados del viejo PC, trasladados a IU, que responden a discursos obsoletos de la época de la Guerra Fría.
Pero, alto ahí; no es verdad que hayan muerto las ideologías, ni tampoco aquella mamarrachada del fin de la historia de Fukuyama. En el mundo sigue habiendo desigualdades, cada vez más, y en Occidente, que parecía que podía ir escapando montado en las volátiles alas de la democracia cristiana y la socialdemocracia, también se está aplicando la regla de que cada vez los ricos sean más ricos y los pobres más pobres. Ah, y que hay que acabar de una vez por todas con las clases medias y el Estado del Bienestar. Nos dijeron desde Bruselas que ahora no es el Estado, sino la Sociedad del Bienestar, lo que carga el asunto en los que cotizan, los que tienen una nómina, y yo no veo que se avance en esa quimera de que los servicios sociales son nichos de empleo, con lo cual -decían- el capitalismo se retroalimentaba y todos tan felices. Y como Julio Anguita lo explicó claramente, les he enlazado con su intervención hace unos meses en el programa «59 segundos» de TVE.