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El Papa

zzzbarca pedro.JPGYa se fue Ratzinger (?), ya eligieron un nuevo pontífice (hacedor de puentes) y se han sucedido las secuencias propias del evento: anuncio sorpresivo, muestras de la campechanidad del nuevo sucesor de Pedro, que no solo no lleva sandalias, sino que calza zapatos negros (el papa siempre los llevó rojos), y todavía sigue usando los muy raídos que traía de Buenos Aires y no ha estrenado los que le regalaron sus allegados en Argentina para que acudiera al cónclave vestidido de limpio. Su anillo es de plata y sus palabras de amigo. Es cercano, es hablador, es argentino y parece una mezcla de Juan Pablo I, todo sonrisas, y la humanidad cercana al pobre que dicen tenía Juan XXIII. Ya está, elección, ruedas de prensa, misa de inauguración y se acabó la fiesta; ahora viene el trabajo, donde el papa Francisco tiene que dar la medida de sus intenciones no con gestos (que desde luego son importantes) sino con hechos. Puede ser que haya un gran cambio, por otra parte poco probable con el lastre de la curia, o por el contrario es posible que todos esos gestos sean mera imagen y que finalmente nada se mueva. Francisco tiene ante sí la oportunidad de marcar un antes y un después o de diluirse en una gran decepción. Será conservador y seguramente inflexible en los dogmas, pero eso es La Iglesia, si cambiara mucho sería otra cosa. Lo verdaderamente importante es que sea Jefe de una comunidad religiosa, y deje el ordenamiento de las vidas ciudadanas para las leyes civiles, sobre todo si provienen de poderes democráticos. Si fuese así, sería un gran papa.

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Lo que ellos digan


zoooDSCN4283.JPGLos ingleses decidieron hace muchas décadas que Canarias era una tierra propicia para cultivar los tomates que ellos necesitaban para sus ensaladas, más a mano que las lejanas bayas de ultramar, a dos días de Liverpool y con un dominio total de la producción y el mercado. Ahora es Bruselas la que decide sobre nuestras cosechas; el caso es que nunca hemos gobernado nuestras fuentes de riqueza, fuera caña de azúcar, viño, cochinilla, plátanos, tomates o turismo. Siempre son otros los que, desde muy lejos, dicen cuándo y cuánto hay que producir. Y se nota, sobre todo en las proximidades de citas electorales, en el discurso tomatero de nuestros políticos. El caso es que seguimos pendientes de lo que los europeos quieran comer y lo que quieran pagarnos por nuestros productos. Y nadie se esconde para decirnos que hasta eventos como el Festival de Música o los Carnavales tienen la mirada puesta en lo que la señora Europa desee. Quinientos años de soledad, que diría un amigo mío que es coronel.
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Nada tiene que ver con mi post, pero pongo este enlace con el blog de Alexis Ravelo, y así me ahorro escribirlo.

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Un cruce de la Historia

zzxxxFoto0576.JPGSiempre se ha dicho que la Historia es cíclica, y que funciona a sobresaltos. Hay períodos en los que se mantiene un status quo (el latín está ahora de moda) y, de repente, lo que no ha sucedido en décadas ocurre en semanas, a veces en días. Creo que estamos viviendo una época en que ese vértigo se hace visible, y el problema que tienen los medios de comunicación es determinar qué acontecimiento de los muchos que suceden va a ser destacado sobre otros. Me contaba un viejo periodista que, cuando fue elegido Juan XXIII (1958), al periódico llegó un escueto télex que decía más o menos: «El cónclave reunido en Roma ha elegido como nuevo Papa al cardenal Roncalli, que llevará el nombre de Juan XXIII». En ese momento había que confeccionar el periódico del día siguiente, ir a los archivos a ver qué se sabía del tal Roncalli, encontrar (con mucha suerte) una foto suya, encargar a un sacerdote amigo una semblanza del nuevo pontífice y tratar de conseguir algunas declaraciones del obispado o de algún cargo eclesiástico de la diócesis. Era una proeza llenar un par de páginas. Ahora hay tanta información que resulta difícil escoger, y finalmente casi todos los medios se encomiendan a las agencias y vienen a decir casi lo mismo. Y es tal el vértigo de nuevas noticias, que hay días en los que uno desea que no pase nada. Pero ese día no llega porque estamos en un cruce de la Historia. ¿El nuevo papa? Hombre, siguiendo la línea de Gardel, Evita y Maradona, es una tentación humorística inestimable para parodiar hasta el infinito el tópico del argentino con ser superior. Habrá que preguntar a Valdano (¿lo ven? ya he caído).