¿Qué fue de la Declaración de Pekín?
En septiembre de 1995 se celebró la muy esperanzadora Conferencia de Pekín (Beiging o como se diga). Han pasado exactamente 18 años y conviene recordarlo. Está muy bien que a veces las mujeres sean objeto de deseo, porque eso va con la naturaleza. Igual que los hombres, porque si no existieran Angelina Jolie, Georges Cloony y otros humanos por el estilo esta vida sería mucho más ingrata de lo que ya es. Pero no podemos olvidar nunca que la mujer es ante todo un ser humano, con los mismos derechos que los hombres, que en muchos países figuran ya en el papel, pero que aún falta mucho para que la letra se equipare a la realidad. En otros lugares, ni siquiera están escritos esos derechos, e incluso algunos que había se han borrado y la mujer vive en una constante humillación. Por eso, aunque suelen tener menos efecto los grandes temporales que la continua llovizna, es bueno que haya eventos como la Conferencia de Pekín sobre la mujer. Y casi dos décadas después me pregunto qué fue de aquella declaración que firmaron 189 países, porque miro a mi alrededor y veo que no solo no hemos avanzado, sino que el feminicidio se agranda: Afganistán, Nigeria, Guatemala, Ciudad Juárez. Hay como una consigna planetaria para destruir a la mujer, es de locos, algo que no me entra en la cabeza. Por eso, con muchísima tristeza, me pregunto qué fue de aquellos compromisos gubernamentales que con tanto ruido se firmaron en Pekín hace 18 años. Gallardón, por ejemplo, debe haberse olvidado que esa conferencia auspiciada por la ONU se celebró. Qué vergüenza.