El día que murió Marilyn
Marilyn Monroe murió el 5 de agosto de 1962. Parece que los grandes mitos se crean con una muerte joven: Carole Lombard, Rodolfo Valentino, James Dean y John Garfiel, todos antes de los cuarenta. Y Marylin.
Hay, sin embargo, una edad clave para la mitificación -36 años-, pues esa era la edad en que murieron Carlos Gardel, Mozart y Bob Marley, y también los años de Greta Garbo cuando se retiró del cine, los del poeta Hölderlin cuando la esquizofrenia lo recluyó en un manicomio y los del poeta y cineasta futurista ruso Vladimir Maiakovski cuando se pegó un tiro en la sien.
Esas ausencias repentinas colocaron a estos artistas en un plano superior al de otros de parecido nivel; pasaron a la historia como personas con un talento excepcional, y, además, como mitos. Otros nombres de gran valía y reconocida obra alcanzaron la senectud pero no esa otra dimensión legendaria, y baste recordar a Igor Stravinski, Katharine Hepburn o Pablo Picasso, por citar sólo a tres figuras indispensables en la cultura del siglo XX, a los que una larga vida privó del aura mítica.
Marilyn Monroe es un mito, y su muerte también, con los Kennedy como telón de fondo. Curiosamente también tenía 36 años cuando murió.
