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Rafael Sánchez Ferlosio y tres piedras

Dicen que más vale caer en gracia que ser gracioso, y esto es lo que, a mi parecer, sucede con Sánchez Ferlosio, flamante Premio de Las Letras 2009. Y es que los reconocimientos vienen por oleadas, pues unos años atrás la tomaron con José Hierro, luego con Caballero Bonald y así casi siempre. Justo es decir que, también a mi parecer, todos los premios son opinables, y más en Literatura, pero entiendo que tanto Hierro como Caballero Bonald tienen una obra importante y pertinaz, excelente a veces y siempre al menos con un alto nivel. Es seguro que merecían algunos de estos premios, o todos, pero desde luego son dos grandes de nuestras letras.
De Sánchez Ferlosio no opino lo mismo. Aunque es verdad que se trata de un escritor raro (más bien un hombre huidizo), su obra es muy-muy-muy discutible. Desde los años 50 se le tiene en un altar por dos obras. La primera es Alfanhui, que no pasa de ser un ejercicio de estilo que va más hacia atrás que hacia adelante, casi gemela de la novela picaresca pero en el siglo XX. La segunda es El Jarama, una novela que ha envejecido muy mal, y que curiosamente gozó desde el comienzo de todos los parabienes de la crítica. Luego ha hecho otras obras, tanto de creación como de ensayo, pero ninguna de gran importancia. Y desde 1956, cuando le dieron el Nacional de Literatura por el dichoso El Jarama, ha coleccionado casi todos los premios importantes de este país.
zpremiosss.JPGY es increíble, porque puedo hacer una lista de 50 escritores vivos (100 si entran los muertos) que son más merecedores que Ferlosio de estos premios. Que le dieran el Cervantes fue demasiado, y que remachen ahora con el de Las Letras suena a burla, cuando hay escritores inmensos que están muy por encima, desde Ana María Matute a Juan Goytisolo, sin olvidar para el Cervantes al propio Caballero Bonald. Lo de Ferlosio me alucina por injusto, pues hay autores que con veinte o treinta años menos tienen una obra más importante (Muñoz Molina, Javier Marías, Luis Mateo Díez, Luis García Montero… Dejo atrás a Eduardo Mendoza porque, si fue una gran novelista hasta El año del diluvio, sus cuatro o cinco últimas novelas son un desastre, aunque se vendan muy bien)

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¿Que parte de la palabra silencio no entienden?

Esta tierra se pasa por encima de lo evidente y a nadie parece importarle. Es más, es que ni siquiera se dan cuenta. Y esto lo digo porque todavía estoy perplejo por lo sucedido hace unos días en un cementerio de esta ciudad. Se inauguraba o descubría (no sé qué verbo usar) la escultura sobre la tumba de de un gran personaje, en cuyo pedestal se había grabado el epitafio decidido el difunto, en el que solicitaba silencio para su descanso eterno. A dicho epitafio, que se supone una última voluntad, no se le ocurriria a nadie contradecirlo, al menos de forma expresa.
z00.JPGPero miren por dónde, en el acto, con autoridades y representaciones, sonaba un cuarteto de cuerda. Muy propio. Me pregunto si lo han hecho adrede o es que hay escasa lectura comprensiva. Silencio pedía el finado en su descanso, y para respetarlo le ponen música de cámara. Si no lo llega a pedir le endosan la Banda de Agaete con amplificadores. Como lo de contradicción se me queda pequeño, creo que esto es un poco más… más… eso. ¿Un disparate?