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En la muerte del poeta amigo

zmanuel%20gonzalez%20barrera%20poeta[1].jpgHa muerto Manuel González Barrera, uno de los componentes de aquella generación de los años sesenta, ya mítica, que se pasó a denominar «Poesía Canaria Última», y que el tiempo ha ido diezmando de manera sistemática: Antonio García Ysábal, Alfonso O’Shanahan, Fernando Ramírez y ahora Manuel González Barrera. Quedan por fortuna referentes vivos de aquella generación que, en plena edad de plomo, arriesgaba más que el prestigio literario con cada palabra que escribía y publicaba. Siguen siendo referentes vivos poetas como Juan Jiménez, Eugenio Padorno Baltasar Espinosa o Lázaro Santana, y el crítico Jorge Rodríguez Padrón. Recordamos la incidencia social que causó la aparición del poemario Guía turística no oficial, recientemente recuperado para las nuevas generaciones. Ha muerto un poeta que veía el mundo desde la poesía, y seguramente una de las personas más entendidas en cine que he conocido, además de ser un gran lector de novela, cosa ciertamente curiosa en un poeta. Pero sobre todo se ha ido un buen hombre, enamorado de Canarias isla a isla, primero Gran Canaria, luego Lanzarote, siempre este mar Atlántico que nos une y nos separa. También fue un hombre de acción en distintos campos (política, ajedrez). Afincado en Lanzarote, sus frecuentes visitas a Gran Canaria significaban siempre un reencuentro con la tertulia grata y el optimismo. Volveremos a leer a González Barrera y lo recordaremos siempre con una sonrisa y una expresividad que envolvía la pasión con que hacía todo. Descanse en paz.

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Maldad

zxFoto0365.JPGUna demostración palpable de la maldad humana es la proliferación de virus informáticos, que son generados por el puro placer de dañar, o bien para vender el antídoto a precio de oro, lo cual también es maldad, porque se inventa la enfermedad y el medicamento. No sé si los seres humanos nacen malvados o se hacen. Para Rouseau el hombre nace limpio y puro, pero luego la sociedad lo malea. Eso quiere decir que todos los seres humanos nacen inocentes, pero luego se vuelven perversos al contacto con los demás, que por lo mismo nacieron inmaculados. Es decir, si seguimos a Rouseau, la maldad surge de la relación entre los seres humanos, es como la chispa que brota por rozamiento entre dos metales que son fríos. Sin llegar a la teoría de un amigo mío, que dice que todo el mundo es malo hasta que se demuestre lo contrario, creo que hay una inclinación hacia la maldad, y si nacemos limpios o nacemos perversos es lo de menos, el caso es que de adultos hay que andarse con cuidado, porque aquí el más tonto hace relojes, digitales y con calculadora, por supuesto.

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Lo políticamente (in)correcto (*)


La creación ha de ser libre, y cuando las circunstancias lo impiden debe buscar la manera de filtrarse por los agujeros que pueda encontrar, como ha hecho en tiempos inquisitoriales y en regímenes políticos sin libertad de expresión. Claro que, la libertad de expresión total no ha existido nunca, porque siempre hay elementos que impiden ir en determinada dirección. Al creador debe pedírsele que, si bien no puede decir todo lo que quiere, al menos no diga lo que no quiere, pero hasta eso a veces resulta imposible. Hay muchas formas de presionar, y en este tiempo, incluso en países en los que supuestamente hay libertad de expresión, surgen inquisidores por doquier, y muestra de ello es el terrible daño que está haciendo a la creación la dictadura de lo políticamente correcto.
Se censura la creación libre. En contrapartida hay más violencia y sexo en los medios. Estoy contra la violencia real, no la que refleja la realidad y muestra lo más abyecto del ser humano. Nada tengo contra el sexo, y no me perturba su traslado a la expresión artística, pero me asquea el sexo gratuito y la exhibición sin argumentos de tripas y sangre. Aún así, defiendo cualquier tipo de expresión artística, da igual cuánto sexo y violencia contenga, y las sociedades sanas deben tener lo mecanismos necesarios para salvaguardar de su influencia al sector más débil, la infancia y la preadolescencia. Pero los mecanismos se han oxidado y pueden verse en la televisión verdaderas barrabasadas a media tarde, sea en series, películas, programas basura o en imágenes de los concursos de telerralidad.
Es un sarcasmo que sea en esta época en la que se exija a los creadores que sean políticamente correctos. Esa fiebre va a acabar con la libertad creativa. En las películas no se fuma, y si alguien sale con un cigarro en la boca es el malo con toda seguridad; si el asesino es un homosexual se tacha a la obra de homofóbica, y si es un chino (perdón, un oriental) es que el creador es racista. No pueden presentarse situaciones vitales distintas a la norma, porque entonces te pueden tachar de cualquier cosa, y en esto hay organizaciones supuestamente progresistas que se comportan como fanáticos. Recuerden el lío que montó la comunidad gay de California cuando se rodaba Instinto básico y los medios dijeron que la asesina era bisexual. Muchas películas que se hicieron hace unas décadas hoy no encontrarían productor, y como ejemplos podemos recordar Lolita, porque no es políticamente correcto que un cuarentón se líe con una niña que tenía doce años en la novela de Nabokov (Kubrick tuvo que ponerle 16 en la película), ni Polanski podría rodar Chinatow, en la que aparece el incesto como elemento de la trama.
zzzFoto0420.JPGCon estos corsés, Perrault no habría podido escribir Caperucita Roja, ni existirían los centenares de cuentos infantiles en los que el machismo, la crueldad, el racismo y todo tipo discriminaciones son parte del argumento. Blancanieves estaba custodiada por siete enanitos, pero ha de venir un hombre, y encima príncipe (que esa es otra) a enamorarla, como si los enanos no fuesen también hombres capaces de enamorar a una mujer. Es de risa, o de pena, que en el mismo telediario se hable de lo constitucional que es la igualdad de todos los seres humanos y llamen Doña Leonor a una niña de parvulario, y que sea motivo de debate sesudo la necesidad de cambiar la Constitución para no discriminar a las mujeres de una sola familia, y se discrimine a más de cuarenta millones de españoles que nunca podrán alcanzar la Jefatura del Estado por muchos méritos que para ello tengan, ni aún siendo ricos, corruptos y mentirosos como en un país que yo me sé. Y luego les parece incorrecto, porque es discriminatorio, que el asesino de mi próxima novela fume, sea homosexual, mujer, mahometano, cojo o negro (en Estados Unidos dirían afroamericano, aquí será afrocanario). Tendría que estar loco el que escribiera una novela sobre una mujer, asesina psicópata, lesbiana, violadora de niñas, negra, coja, musulmana y fumadora (aunque es una idea…)
La vida, por suerte o desdicha, tiene muchas vertientes, y la creación ha de ser reflejo de virtudes y defectos, ha de mostrar lo bueno y lo malo del ser humano, y no cuadra que alcohólicos y toxicómanos sean tenidos por enfermos y los fumadores por delincuentes. Y así, quitamos de la televisión la serie Shin-Chan porque no es apropiada para niños. Y ya me dirán ustedes si no hay violencia en un persistente intento asesinato como son los dibujos de La Pantera Rosa, Pixie y Dixie, El Correcaminos, Bus Bunny y Piolín.
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(*) Este trabajo fue publicado hace unos años en otro espacio. Ahora lo pongo al alcance de mis lectores blogueros.