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Bajarse del mundo


zzzz2222fty.JPGEl mundo entero está de vacaciones, hasta el punto de que hasta yo me he permitido hacer un simulacro, que consiste en levantarme tarde e imaginarme que soy rico. El problema será cuando despierte, y no porque de pronto deje de ser Rockefeller, sino porque el maldito despertador empezará sacarme de la cama a deshoras, el muy criminal. Y es que para mí ser rico consiste en levantarme tarde y no dar clavo, no me seduce la idea de ser multimillonario levantándome temprano y trabajando hasta la madrugada. Como las vacaciones son para todo el mundo, incluso para los gobiernos, supongo que también estarán de asueto los mendigos, no tendremos noticias sobre mujeres maltratadas y no habrá infartos ya que los médicos también descansan. Como en agosto no trabaja la justicia, descansan hasta los imputados en casos de corrupción. Puesto que el mundo se ha detenido como una foto fija y lo único que se mueve son las olas del mar, pues nos vamos todos a la playa que es baratita y buena falta nos hace. Es agosto, el mundo se ha parado, aproveche ahora si tiene intención de bajarse.

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Insolidaridad


zzz1111DSCN4417.JPGDicen que lo de Sodoma y Gomorra fue un volcán inoportuno y el Diluvio Universal un temporal en la zona armenia del Monte Ararat. Visto así, es posible que alguien haya interpretado cualquier desastre local como el cumplimiento de una profecía maya, tolteca, inca o de la madre de Pinito, aunque por lo visto los ínclitos profetas se olvidaron de pronosticar los terremotos de Managua o del Callejón de Huaylas en Perú, el deshielo mortal del Nevado del Ruiz, el tsunami del sureste asiático o el arrasador huracán Katrina. Sin duda, el planeta está en peligro, y para decirlo no hace falta ser un ecologista fanatizado,basta tener dos dedos de frente. La estupidez del género humano nos permite predecir catástrofes en abstracto siempre que queramos, y acertar. En los terremotos, inundaciones, volcanes, guerras y sequías, siempre son castigados los más pobres, mientras la opulencia del Norte industrial sigue convocando inútiles conferencias para justificarse. El verdadero fin del mundo lo vemos a diario: la insolidaridad.

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La estupidez atómica

zzzzDSCN4422.JPGCuando recordamos el genocidio atómico en el Japón de 1945, casi siempre hablamos de Hiroshima, ciudad que fue arrasada el 6 de agosto. Pero si terrible fue esta acción, más criminal fue la segunda bomba, lanzada tres días después sobre la ciudad de Nagasaki, cuando ya se conocía la devastación de que era capaz el infierno nuclear. Casi siete décadas después, el futuro de la utilización bélica de la energía nuclear está menos claro que nunca. Hay potencias confesadamente nucleares, pero es fácil suponer que otros estados también están en condiciones de producir artefactos de este tipo, porque a nadie se le esconde que, con el dinero petrolero, algunos países árabes pueden comprar técnicos y tecnología nuclear en el mercado negro, y que Alemania o Japón, en caso de guerra, tendrían bombas nucleares en poco tiempo gracias a su enorme adelanto tecnológico. Sabemos, además, que en la Guerra del Golfo y en las de Irak y Afganistán algunos proyectiles estaban recubiertos de materiales radiactivos, que es otra forma de hacer la guerra nuclear, y ya hay consecuencias médicas sobre eso. Por eso, cada agosto, me opongo a la terrible posibilidad de una guerra nuclear, porque la estupidez de los seres humanos está sobradamente demostrada, y Nagasaki, como Hiroshima, debieran servir de lección.