Incitatus, la Champion y el apocalipsis

No crean que no he tenido la tentación de meterme a profeta y predicar el apocalipsis, y quién sabe si con garantías de hacer una buena fortuna, pero desistí porque con tal desastre todo quedaría reducido a cenizas y no habría en qué gastar tantos euros; que esa es otra, porque a ver si luego me iba a entender con la nueva moneda. Si ya era difícil hacerse millonario en pesetas, ahora nos lo han puesto 166 veces y pico más complicado.

IMG_5448.jpg
El apocalipsis está servido: Africa ya estaba en la miseria material y humana con tantas guerras y sequías; en Asia los jinetes cabalgan desde la miseria de Calcuta hasta la guerra inútil de Afganistán, la tensión entre Pakistán y La India o el revoltijo de Indochina, Indonesia o Filipinas, y sobre todo el fin de fiesta que parecen preparar norcoreanos y yanquis en el Mar del Japón. En América del Sur no está el horno para bollos en ninguna parte, y como muestra piensen en Argentina, Brasil o Venezuela; Centroamérica postrada como siempre, desde Haití hasta Guatemala; Norteamérica, qué les voy a contar, con Calígula haciendo cónsul a su caballo Incitatus, dados al prozac y mandando marines a todas partes. Ya no les hablo de Palestina, de Irak, de Yemen o de Siria y Kurdistán que son la vergüenza de la comunidad internacional, otra más
Y queda Europa… Pero no hay que preocuparse, llegan refugiados moribundos y hambrientos; no importa, sigue habiendo Champion. Veremos hasta cuándo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *



El contenido de los comentarios a los blogs también es responsabilidad de la persona que los envía. Por todo ello, no podemos garantizar de ninguna manera la exactitud o verosimilitud de los mensajes enviados.

En los comentarios a los blogs no se permite el envío de mensajes de contenido sexista, racista, o que impliquen cualquier otro tipo de discriminación. Tampoco se permitirán mensajes difamatorios, ofensivos, ya sea en palabra o forma, que afecten a la vida privada de otras personas, que supongan amenazas, o cuyos contenidos impliquen la violación de cualquier ley española. Esto incluye los mensajes con contenidos protegidos por derechos de autor, a no ser que la persona que envía el mensaje sea la propietaria de dichos derechos.