Ya se fue Ratzinger (?), ya eligieron un nuevo pontífice (hacedor de puentes) y se han sucedido las secuencias propias del evento: anuncio sorpresivo, muestras de la campechanidad del nuevo sucesor de Pedro, que no solo no lleva sandalias, sino que calza zapatos negros (el papa siempre los llevó rojos), y todavía sigue usando los muy raídos que traía de Buenos Aires y no ha estrenado los que le regalaron sus allegados en Argentina para que acudiera al cónclave vestidido de limpio. Su anillo es de plata y sus palabras de amigo. Es cercano, es hablador, es argentino y parece una mezcla de Juan Pablo I, todo sonrisas, y la humanidad cercana al pobre que dicen tenía Juan XXIII. Ya está, elección, ruedas de prensa, misa de inauguración y se acabó la fiesta; ahora viene el trabajo, donde el papa Francisco tiene que dar la medida de sus intenciones no con gestos (que desde luego son importantes) sino con hechos. Puede ser que haya un gran cambio, por otra parte poco probable con el lastre de la curia, o por el contrario es posible que todos esos gestos sean mera imagen y que finalmente nada se mueva. Francisco tiene ante sí la oportunidad de marcar un antes y un después o de diluirse en una gran decepción. Será conservador y seguramente inflexible en los dogmas, pero eso es La Iglesia, si cambiara mucho sería otra cosa. Lo verdaderamente importante es que sea Jefe de una comunidad religiosa, y deje el ordenamiento de las vidas ciudadanas para las leyes civiles, sobre todo si provienen de poderes democráticos. Si fuese así, sería un gran papa.
2 opiniones en “El Papa”
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Hola Emilio, desdemi modesto lugar y opinión se o lo he visto tu fijación por los zapatos.
Es Cierto este Papa no lleva Escarpines, que a mi me gustan mucho pero están de moda entre pijos y quizás él no quiera dar esa imágen.
No sé el Papa ya se verá a mi solo me gustó Juan XXIII quizás porque cambió todo dentro de la Iglesia y un dia viendo los futuribles Santos estando él entre ellos, el guia que nunca pareció muy católico nos dijo al saber que erámos españoles «Santificarán antes a Escrivá de Balahuer que a Juan XXIII y fue así y el nos dijo todo es cuestión de dinero y el Vaticano no pondrá un duro por Juan XXIII lenguaje críptico y nadie le pidió explicaciones, creo que en el fondo todos sabíamos por qué.
De este Papa no espero nada si Razinguer se fue y dudaba de Dios (Dios debe estar dormido Dixit) no creo que este cambie nada, solo hablará como Buen Argentino y no parará de hablar con ese extraño sentido del Humor Argentino se sentirá por fin, alguien por encima de los demás que es lo que hace un buen argentino. Veremos, si podemos el devenir de su papado…
Nada nuevo bajo el sol.
El Papa es el Papa, da igual quién sea. Si alguno se mueve apenas más allá, otro se mueve otro tanto más acá. Es lo mismo que el presidente de Estados Unidos o que los políticos del borboneo español: da igual que te llames Cánovas que Felipe González.
Ya se ha ocupado la Curia, con elegir uno de 77 años, para que se haga un lavado de cara y no le dé tiempo a más nada.
Los anticlericales seguirán siendo anticlericales, y pretenderán que la Iglesia deje de ser la Iglesia como manera de no aproximarse nunca.
Los meapilas seguirán siendo meapilas, y les parecerá extraordinario cualquier mensaje ante el cual sacarán banderas nacionales y gritarán las monjitas.
Los zapatos del Papa pueden ser rojos, signo de la Caridad, pero esa no es una virtud que se practique en El Vaticano, así que más coherente es que sean negros. Tampoco se ha puesto la esclavina ni el sobretúnica, pero eso no son más que formas.
Yo, mientras, seguiré siendo un loco de las Navidades, de los belenes y los villancicos; seguiré sin salir de mi casa más que lo justito y poniéndome el mundo por montera.
¡Misté!