Están haciendo un espectáculo basado en Ben-Hur, la película dirigida de William Wyler en 1959. Tenía la espectacularidad de Espartaco y una historia de los tiempos de Cristo, que es como tituló la novela su autor, el legendario general norteamericano Lewis Wallace. La película obtuvo 11 Oscars, un récord, que siempre se dijo que serían flor de un día.
Y eso parecía, porque Ben-Hur ha sido un chiste durante generaciones, pues todos nos hemos reído de la musculatura e inexpresividad de Charlton Heston, de la batalla naval en una bañera y callábamos cuando se hablaba de la carrera de cuadrigas, que todavía nos sigue subyugando. Pero resulta que le película aguanta, igual que Lo que el viento se llevó, que todo el mundo dice que es un culebrón, pero que como uno se la tropiece en la televisión haciendo zapping se queda a verla hasta el final.
La historia tiene algunos cambios en relación con la novela, y no cabe duda de que el guión de Karl Tunberg es magnífico. Por su parte, Lewis Wallace, el autor de la novela publicada en 1880, siendo gobernador de Nuevo México, antes había sido general del ejército de La Unión en la Guerra de Secesión. Todo un personaje, un novelista que fue hombre de acción muy peculiar, no precisamente un intelectual al uso, sino un tipo que escribió una novela que tuvo un gran éxito y que, gracias al cine, es hoy una historia muy conocida.
***
Ilustraciones: Cartel de Ben-Hur y un daguerrotipo del general Wallace.
El contenido de los comentarios a los blogs también es responsabilidad de la persona que los envía. Por todo ello, no podemos garantizar de ninguna manera la exactitud o verosimilitud de los mensajes enviados.
En los comentarios a los blogs no se permite el envío de mensajes de contenido sexista, racista, o que impliquen cualquier otro tipo de discriminación. Tampoco se permitirán mensajes difamatorios, ofensivos, ya sea en palabra o forma, que afecten a la vida privada de otras personas, que supongan amenazas, o cuyos contenidos impliquen la violación de cualquier ley española. Esto incluye los mensajes con contenidos protegidos por derechos de autor, a no ser que la persona que envía el mensaje sea la propietaria de dichos derechos.