Morricone siempre

 

Evocar el nombre de Ennio Morricone es recordar toda una vida de aficionado al cine, desde que, siendo un adolescente descubrí la mirada implacable del pistolero sin nombre en aquellos tres spaghetti western que para reírnos llamábamos “Tres tiros en Almería”. Con su música recibimos una lección de cine y de historia en Noveccento y así tantas y tanta películas, que podían ser de distintos estilos pero que siempre llevaban el sello Morricone. La Misión, Los intocables, Cinema Paradiso

¿Qué rostro iba a poner en este homenaje al gran artista que ha partido? Podrín ser centenares y nos llevaría a Morricone: Clint Eastwood, Robert de Niro, Gérad Depardieu, Philippe Noiret, Claudia Cardinale, Henry Fonda, Charles Bronson… No, en su partida, solo puede haber un rostro, el del propio Morricone, uno de los grandes creadores de música que también cuenta historias y sensaciones en el cine. Los grandes nunca se van, porque quedan en el ambiente, la épica o la delicadeza de una película. Este italiano que hoy nos deja supo entender la magia cinematográfica y sin caer rendidos ante Hollywood. Nunca dejó Italia aunque, como otros y otras compatriotas, lo conquistaron. Hoy sentimos su partida y celebramos su arte. Morricone siempre.

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