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RETOMAR LA SALUD

 

Hoy he tenido que visitar las consultas externas de un hospital porque desde hace meses  tenía pendiente hacerme una prueba, que no había sido posible hasta ahora. Por aquello de la compañía, vino conmigo  mi amigo el escritor Santiago Gil. La verdad es que en estos tiempos siempre surgen reparos cuando uno tiene que acercarse al hospital, pero la gente tiene otras dolencias que hay que vigilar y tratar.  La verdad es que estaba muy bien organizado, con el distanciamiento, las mascarillas, el gel hidroalcohólico, y los profesionales ponían un cuidado exquisito para que los pacientes se sintieran seguros. Cuando me tocó, entré solo, y Santiago se quedó acompañado de Baroja, metido en una novela de juventud de don Pío.

Al terminar, tuve que sacar a Santiago como de un sueño, pues estaba sumergido en Baroja. Echamos a andar y desayunamos en una cafetería cercana (desayuné yo, porque él lo había hecho horas antes y se limitó a un café). Cuento esto porque creo que hemos de retomar las consultas y los tratamientos, que ahora se vuelve todo muy engorroso, pero es necesario seguir velando por la salud. Hay un virus que lo ha puesto todo patas arriba, pero sigue habiendo otras enfermedades que necesitan vigilancia, tratamiento y cuidados, porque pudiera suceder que acabásemos con el virus y la salud en general se deteriorase en otros muchos campos por miedo a acudir a las consultas. Además, pasear media ciudad con Santiago Gil es muy agradable, y encima nos cruzamos con José Luis Correa, otro escritor amigo que iba a sus asuntos.

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