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Cuando celebremos el Día de Canarias

Nos felicitaremos en el Día de Canarias…

* Cuando el aumento de la actividad económica genere puestos de trabajo en la misma proporción.
* Cuando el trabajo sea remunerado dignamente y no haya salarios de miseria.
* Cuando no tengamos ese vergonzoso y vergonzante 28 % de personas bajo el umbral de la pobreza.
* Cuando nuestro jóvenes universitarios no tengan que emigrar.
* Cuando el desempleo no sea ese ignominioso 33%, con cifras terribles entre los jóvenes.
* Cuando la sanidad vuelva a ser bandera de nuestros servicios públicos.
* Cuando se devuelva a la educación el valor y el respeto social que merece.
* Cuando las personas con dependencias tengan la ayuda que necesitan.
* Cuando las mujeres y todas las personas diferentes sean tratadas con justicia e igualdad.
* Cuando la cultura sea un orgullo y no haya una maquinación hacia la ignorancia programada.
* Cuando las personas que acceden a las instituciones actúen TODAS en bien del interés general y no en el de su partido o para proteger los intereses privados de unos pocos.
* Cuando nos dejemos de medallitas y se genere el respeto y la valoración reales que merecen personas y colectivos que han dado mucho a los demás.
* Cuando entendamos que no pueden engatusarnos con unas quesadillas y un sancocho y que Canarias es mucho más que un timple y una manta esperancera…

*

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Entonces…
Celebraremos de verdad el Día de Canarias.
*
Ojalá este sea un día que marque un antes y un después
en una sociedad que debe construirse entre todos
sobre la justicia y no sobre la mentira.
Por ese futuro posible debemos pensar en un
Feliz Día de Canarias.
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Pequeñas «Historias monumentales»

imagennoel33.JPGHistorias monumentales es la más reciente publicación de Noel Olivares, un exquisito libro de microrrelatos que merece todos los parabienes y encomios posibles por la textura de su prosa, la precisión de su discurso y la esencialidad de sus argumentos. Es un libro de narrativa que se cimenta en la construcción poética de mundos paralelos y una distante visión irónica de asuntos que tantos afanes ocasionan, y lo hace usando como instrumento demoledor el humor negro. Mezclar poesía y humor negro es una clásica y efectiva receta que nos remite a Poe, a Chéjov, a Cortázar (Cronopio mayor del reino), y a Dolores Campos-Herrero, de grata y dolorida memoria.
He aquí un botón de muestra del libro, un microrrelato de Noel Olivares que resume el aroma de todo el libro:
«Ensilló su caballo camino de las montañas. El jinete se convirtió en un punto decreciente en la lejanía. La lejanía se volvió espejo emborronado por el polvo del galope. Solo quedaron las montañas».

***
Enlace del texto completo leído en la presentación que tuvo lugar ayer en la Casa-Museo Pérez Galdós de Las Palmas de Gran Canaria Presentación Noel Olivares.pdf.

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El legal e ilegítimo sistema electoral canario

En su novela Ensayo sobre la lucidez (2004), José Saramago cuenta cómo en una elecciones el 83% de los electores vota en blanco como rechazo a un sistema profundamente injusto. Después de los comicios del 24 de mayo, los canarios tendríamos que plantarnos de una vez por todas ante el sistema impuesto desde hace décadas para elegir a nuestros representantes.
Hay cuatro manipulaciones que inciden en todas las instituciones, que son las listas cerradas, mediante las cuales no se eligen personas sino siglas, y en el listado van nombre a los que sí le votaríamos y otros a los que no, pero en un orden establecido por las formaciones. Luego las actas son personales, con lo que el representante se arroga la propiedad del cargo y puede llevárselo en caso de transfuguismo. Más que una paradoja es un fraude. La otra deformación es la aplicación de la Ley D’Hont en la asignación de escaños, que favorece a las mayorías. Estas dos circunstancias falsean claramente en España cualquier elección.
111111111magencanarias 1.JPGEn Canarias hay, además, dos agravantes más en lo que se refiere al Parlamento, y que adultera cada cuatro años nuestra representatividad y por consiguiente el Gobierno de Canarias. El primero es el de los topes electorales, que incluso se dobló en la reforma de los años 90, y hay que tener el 30% de los votos de una isla o el 6% de toda la Comunidad para tener acceso al reparto de representación. Esto, combinado con la Ley D’Hont, es un agujero negro que se traga miles de votos canarios, que nunca ven reflejada institucionalmente su presencia real en la sociedad.
Pero lo que ya es una burla vestida de domingo es la representatividad por isla y el distinto valor del voto según en qué isla se deposite. Esto hace posible que, pase lo que pase, una formación determinada esté siempre en el poder e incluso en la cabeza del poder, que se combina, además, con un hábil juego de muñecas rusas mediante el cual la presidencia recae casi siempre en una formación que suele tener en torno al 10% de las actas parlamentarias, que engrosa con los resultados de las islas no capitalinas de formaciones adheridas. Y puede incluso perder las elecciones, en cualquier caso gobierna. Díganme si no es una obra maestra del caciquismo.
La falacia antidemocrática de la triple paridad, construida con la coartada de asegurar la representación de las islas no capitalinas, es una joya de la manipulación democrática (o antidemocrática). El argumento es que haya la misma representación de las dos islas capitalinas (15/15), la misma por provincia (30/30) y la misma de cada isla capitalina con las del resto de su provincia (15/15) es un juego de trileros que roza la perfección; el problema es que un voto de las islas llamadas menores puede valer hasta 17 veces el de uno de Tenerife o Gran Canaria (a veces más, fluctúa según población). Es decir, en el Parlamento de Canarias 30 diputados representan a dos millones de personas y los otros 30 a doscientas mil. Un disparate.
111111111magencanarias 12.JPGHace 25 años publiqué un trabajo documentado sobre esta barbaridad y las invectivas fueron tremendas, y todas venían a decir que yo no tenía ni idea de política, porque aplicaban la teoría clásica de que en política lo importante no es que algo sea verdad, sino que sea verosímil. Pero es que este galimatías encima carece de verosimilitud, no podría usarse como escenario social de una novela; los críticos la destrozarían por argumento no creíble, inverosímil, insostenible.
Pues con este argumento insostenible, injusto, antidemocrático y caciquil se conforma cada cuatro años el Parlamento de Canarias y su Gobierno, que por obvia lógica democrática conculca la legitimidad. Y en el sistema se han movido con comodidad las tres fuerzas que cada cuatro años han practicado el juego de la silla. En caso de que en esta legislatura no se genere el sistema electoral justo, racional y equitativo que la inmensa mayoría de la sociedad demanda y merece, tal vez los canarios se cansarían de esta sarta de manipulaciones, mentiras y apaños, y actuarían con lucidez democrática; no sería impensable que la respuesta fuese la que José Saramago propuso en la novela citada. ¿Y entonces qué?