Me dirijo a ti, porque hay millones de personas que creen en tu existencia y en tu capacidad para gobernarlo todo. Desde que el hombre aprendió a hablar y por lo tanto a pensar, siempre se ha creído mayoritariamente en ti, y sólo en el siglo XVIII se puso en tela de juicio tu existencia. Te nombran de formas distintas, te rinden culto con ritos diversos, pero finalmente se acepta tu superioridad. 
Y como no tengo argumentos para negarte ni tampoco para proclamarte, entiendo que puede que estés ahí o no, pero en el primer caso creo que estás siendo demasiado duro. En realidad siempre lo has sido, pero de unos años a esta parte envías tsunamis devastadores, erupciones volcánicas apocalípticas, huracanes exterminadores, terremotos ultradestructivos, sequías bíblicas, inundaciones arrasadoras… Utilizas los cuatro elementos (tierra, fuego, aire y agua) en dosis tremendas y el planeta se llena de sufrimiento. Ya sé que hay acciones que merecen castigos, pero tengo la impresión de que no estás apuntando bien, porque los que generan guerras, crean pobreza y humillan a los demás siguen viviendo tan ricamente, a salvo de todas las tragedias. No entiendo por qué había que castigar a los niños no nacidos en Lorca, a los miles de inocentes que se mueren de hambre en el Sahel, a tantos que ni siquiera pueden hablar. ¿No se te está yendo un poco la mano? Soy un ingenuo, hacer esa pregunta a quien envió el fuego de Sodoma, el diluvio universal y las diez plagas de Egipto. Creo que sigues aplicando el Antiguo Testamento, y por eso te ruego que cambies de libro, porque en el Nuevo hay palabras como perdón, esperanza, reconciliación, salvación… Bueno, me olvidaba que también en el Nuevo está El Apocalipsis. En todo caso, afloja un poquito.
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Dios está siempre ahí, siempre. Incluso en medio del dolor más grande nos hace sentir que está ahí, sólo hay que abrir los sentidos y dejar que escuche el corazón. A veces basta una dulce brisa de aire fresco, cálida y dulce que nos acaricia el Alma, a veces la brillante luz de un rayo de Sol, a veces el tierno beso de un niño…
Sin embargo el sufrimiento nos ciega, nos aleja de nuestra esencia y nos hace creer que no hay nada más que cuánto vemos o tocamos, y en medio de todo eso nuestro corazón sigue latiendo. Mientras sigamos escuchando al corazón tendremos Esperanza para creer que hay Vida más allá de la vida, que vivimos un intenso aprendizaje para purificarnos en cuerpo y Alma.
Si por el contrario sólo se presta atención de lo material la vida se reduce al simple y puro materialismo y es el materialismo el que conduce al egoísmo, a la soberbia, al engreimiento, al egocentrismo más puro, a la vanidad, a la necesidad del poder material que tarde o temprano entra en conflicto provocando guerras y más guerras. Y terrible sufrimiento. Son también las guerras y el egoísmo las que provocan el hambre. Donde falta la humanidad, la comprensión y la empatía humana sólo hay materialismo.
Nos dio Dios la inteligencia para ser humanos y ayudarnos y aquéllos que perdieron la Fe decidieron utilizarla para manipular en nombre de Dios a los demás y no hay más que saber algo de Historia para convencernos de ello. Pero la fuerza de Dios se abre paso en medio de las grandes mentiras con las que también nos han querido manipular. Dios es infinito Amor y perdón, Dios es comprensión y verdad, es sentido del bien supremo. Dios es Justicia Universal y Salvación. Dios es Diosa, es niño y hombre, es vagabundo y rey. Dios es el Amor más profundo que siente cada corazón.
Pero Dios es también semejante, amigo y colega, mago y alquimista que de una simple semilla hace brotar un naranjo y de dos pequeñas células la flor de nuestra Alma y las flores de Dios siempre vuelven a las manos de Dios. Quedan en este mundo la tierra que dio el fruto, el agua que lo regó, el aire que se respiró y el fuego que abrigó. En todo cuerpo que muere falta la flor que vuelve a las manos de Dios…
Si nosotros sufrimos más sufre Dios que ve como nos arruinamos la vida los unos a los otros cuando tenemos todo a nuestro alcance para juntos y unidos ser felices y encontrar el reflejo del cielo en la Tierra. Que no crean aquéllos que todo esto pasan por alto que entrarán en el cielo así sin más, sin antes haber aprendido la lección de sus errores pues Dios es maestro de maestros y no permite que ni uno solo de sus ángeles deje de saber la lección.
Lo que escribes me recuerda al Evangelio según Jesucristo de Saramago.
Si hay una fuerza superior es nuestra decisión llamarla como creamos conveniente
Siempre me dió miedo el Dios del Antiguo Testamento que es capaz de quedarse quieto mientras asesinaron a niños para matar entre ellos a Jesús y San José, según Saramago nunca más volvió a dormir sin pesadillas, ese Dios justiciero que prueba a sus hombres como hizo con Abraham y su hijo Isaac.
Pero la Naturaleza se revuelve porque nunca la hemos conservado cuando nos avisaron de que la capa de Ozono se estaba rompiendo porque seguimos cortando arboles, porque el medio ambiente no lo cuidamos ni a nivel personal, no usar sprays, separar las basuras y la tierra nos va avisando cada año el calentamiento global y se deshace los glaciares y nos inundan, y hay terremotos tsunamis, no tenemos el Arca preparada, construimos la Torre de Babel, el ladrillo que nos lleva a la ruina y que dividió a los hombres.
Pedirle a Dios que nos ayude ahora, su respuesta será les mandé a mi hijo y lo crucificaron, les puse a prueba y no hicieron caso como en Sodoma y Gomorra y Jesus dirá perdonen a mi padre que no sabe lo que hace, según Saramago.
Sigue la violencia de genéro cada dia se mata a más mujeres y nos enviaron a una madre a la que Dios no le ahorró desgracias, lapidaciones, asesinatos por qué si, guerras, en nombre de Alá, y eso hace que el hombre contemple su obra de destrucción, pero también hemos realizado lo que puede estar en nuestra mano. No nos miremos al espejo porque somos nosotros los que incitamos a esta violencia que nos invade.