Los inconformistas oficiales, que siempre tienen que poner algún pero a la alegría general en su papel de eternos aguafiestas, aludirán a la máxima romana en la que al pueblo había que darle pan y circo para poner en la picota el triunfo de España en Johannesburgo. Es verdad que la Selección Española es un grupo de 23 millonarios en pantalón corto, pero también son millonarios los divos del bel canto que tan alta estima acarrean, los actores sublimes de películas imperecederas y los artistas plásticos cuyas obras alcanzan cifras millonarias. Es evidente que los futbolistas son profesionales, pero en este caso representan a una colectividad, y cuando pasen unos años la gente recordará uno o dos nombres, y lo demás será nebuloso y sólo para especialistas. El gran Brasil es Pelé, Argentina Maradona y diez más, Francia Zidane, Italia Rossi, Inglaterra Boby Charlton y Alemania Beckenbauer.
Y ese es el gran mérito de la actual selección española, que no sabemos cuál es ese nombre que los define a todos. Acaso pudiera ser Iniesta por el gol, que se inscribe en el palmarés junto a los de Marcelino y Torres, pero entre tanto jugador excepcional no hay uno sobre los demás, porque han conseguido lo que nunca se había logrado, ni en España ni en ninguna otra parte: un equipo. Villa, Xavi, Piqué, Ramos, Silva… Cualquiera de ellos y los demás es un número uno, pero en la selección se convierten en piezas de un mecanismo que desdeña lo individual aunque se sirve de ello. Esa es la gran lección de esos 23 millonarios en pantalón corto, que no están con chulerías y aprovechan todas las oportunidades que tienen para callarse. Hablan en el campo, y lo hacen metódicamente, sin aspavientos, cada cual con sus poderes pero siempre en función del equipo.
España necesitaba una inyección de autoestima y la selección se la ha dado. Tenemos que hacernos valer por lo que somos, dejando atrás para siempre el complejo de inferioridad que nos ponía siempre a los pies de los caballos. Y en los demás órdenes de la vida igual, y si es verdad que algunos hablarán de pan y circo, hay que decir que en esta sociedad mediática el pan y el circo están muy relacionados, y si uno está en alza el otro también. Incluso Del Bosque puede que se diluya en la memoria difusa de la gente, porque nadie recuerda ya quién era el seleccionador nacional cuando España ganó en 1964 su primera Eurocopa, un tal José Villalonga, pero la copa sigue ahí, como seguirá esta del Mundial para siempre, con algunos récords curiosos, como que es la primera que se juega en África, la primera que una selección europea consigue fuera de Europa y la que pone a nuestro favor en 9-8 el equilibro entre sudamericanos y europeos.
En los deportes individuales quedan los nombres, pero como algo admirable pero no nuestro del todo. Santana, Bahamontes, Induráin, Nadal, Ballesteros, Contador son mojones en el camino, pero lo que ahora vivimos es de todos. Puede que se diluyan la elegancia de Iniesta, la fuerza de Puyol, la entrega de Sergio Ramos, la voracidad de Villa, la inteligencia de Xavi… Todo eso pasará, pero, novelista al fin y al cabo, como le dijo el Comisario Renault a Rick en el aeropuerto de Casablanca, soy un sentimental, y para mí este Mundial quedará en la memoria por el beso atrevido que Iker Casillas le robó a Sara Carbonero delante de millones de espectadores. Eso quedará incluso más que el gol de Iniesta.
***
Este trabajo se publicó en el especial de la edición impresa del 13 de julio con motivo de la victoria española en el Mundial de Fútbol.
2 opiniones en “Soy un sentimental”
Deja un comentario
El contenido de los comentarios a los blogs también es responsabilidad de la persona que los envía. Por todo ello, no podemos garantizar de ninguna manera la exactitud o verosimilitud de los mensajes enviados.
En los comentarios a los blogs no se permite el envío de mensajes de contenido sexista, racista, o que impliquen cualquier otro tipo de discriminación. Tampoco se permitirán mensajes difamatorios, ofensivos, ya sea en palabra o forma, que afecten a la vida privada de otras personas, que supongan amenazas, o cuyos contenidos impliquen la violación de cualquier ley española. Esto incluye los mensajes con contenidos protegidos por derechos de autor, a no ser que la persona que envía el mensaje sea la propietaria de dichos derechos.
Para mi que gocé con El Mundial, es decir con el Triunfo de la Selección Española, fueron ratos muy agradables y ese recibimiento no es para cualquiera, millones de personas llenaron las calles, porque en esa copa iba un trocito de alegria, de sencillez y de triunfo emocionado, porque los jugadores se les escapaba las lágrimas con mucha facilidad, y si resulta que es dificil destacar un nombre es porque fueron todos muy buenos.
Para mi eran muchachos celebrando un triunfo y sus caras y ademanes eran los de chicos de FP superior, muy sencillo todo, ahí queda para la posteridad ese tímido Iker recibiendo el abrazo del Rey, cierto que a eso tb le sacarán punta como ir a La Moncloa y ver reir por un rato a nuestro Presidente, todo eso no tiene precio, todo lo demás con Mastercard.
Plas plas plas, el beso, Ay el beso, porque un beso de amor no se lo doy a cualquiera!!