Como todos los años, los que vivimos de cerca el mundo literario esperamos al segundo jueves de octubre, que es cuando tradicionalmente se falla el Nobel de Literatura, aunque a veces se salta ese día, pero hasta ahora siempre es jueves. A menudo, como sucede con el Cervantes o el Príncipe de Asturias, recibo una llamada del periódico para hacer una semblanza apresurada de nuevo nombre que sube al Olimpo de Estocolmo, y salgo del paso como puedo, eso es el periodismo, porque normalmente tengo cierto conocimiento de la persona premiada. Alguna vez ha sucedido que no, que se trataba de un autor o una autora que ni en sueños y borracho le habría dado yo el Nobel. Algunos ni siquiera habían dejado en mis manos un solo libro, y en esos casos tuve que declinar el encargo, porque no es muy honesto hablar de lo que no se sabe engañando la credulidad del lector.
![zFERIa-gNdo-2009[1].jpg](/bardinia/wp-content/uploads/sites/11/anteriores/zFERIa-gNdo-2009%5B1%5D.jpg)
(No estoy seguro de si esta foto corresponde al Comité Nobel de la Academia Sueca durante las deliberaciones para conceder el Premio Nobel de Literatura, o bien se trata de un grupo de escritores molestos porque no se les premia, o cabreados entre sí. Más bien creo que sea esto último, porque los dos de la izquierda ni se hablan)
Por otra parte, las quinielas van por un lado y la Academia Sueca por el suyo. ¿Cuántas veces hemos convertido en favoritos a Amós Oz, a Margaret Atwood, a Vargas Llosa, a Milan Kundera o a Philips Roth? Y nunca se lo dan, y aparece un nombre que a veces casi ni nos suena. Es curioso que entre las plumas del ámbito hispánico, los nombres que suenan en las casas de apuestas para un posible Nobel son Alvaro Pombo y Luis Goytisolo (sí, Luis, no Juan, qué cosas). Los santones novelistas vivos que quedan como Vargas Llosa y Carlos Fuentes están muy atrás en la lista, y Ana María Matute, el centenario Francisco Ayala y el casi centenario Ernesto Sábato es que ni están ni se les espera. A los poetas tampoco. Vaya usted a saber si ahora que no suenan va a ser premiado uno de ellos, porque ya toca un autor en nuestra lengua.
Un comentario en “La quiniela del Nobel de Literatura”
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Ala, por hablar: Vargas-Llosa nobel.