La aprobación del encargo para el mantenimiento y su conservación es un primer paso para su consolidación como infraestructura verde sostenible.
El concepto de infraestructuras verdes
La UE publicó su Estrategia en materia de infraestructura verde en 2014 con el fin de crear el marco adecuado para progresar en su implementación e instó a los Estados miembros a desarrollar sus propias estrategias de infraestructura verde y a identificar y evaluar el estado de los ecosistemas.
El concepto de Infraestructura Verde se incorpora al ordenamiento jurídico español en la Ley 33/2015, de 21 de septiembre, por la que se modifica la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad.
Esta Ley establecía que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, con la colaboración de las Comunidades Autónomas y de otros Ministerios implicados, debía elaborar una Estrategia Nacional de Infraestructura Verde y de la Conectividad y Restauración Ecológicas para marcar las “directrices para la identificación y conservación de los elementos del territorio que componen la infraestructura verde del territorio español, terrestre y marino, y para que la planificación territorial y sectorial que realicen las Administraciones públicas permita y asegure la conectividad ecológica y la funcionalidad de los ecosistemas, la mitigación y adaptación a los efectos del cambio climático, la desfragmentación de áreas estratégicas para la conectividad y la restauración de ecosistemas degradados”.
Hace un año se aprobó la Estrategia Nacional de Infraestructura Verde y de la Conectividad y Restauración Ecológicas aprobada mediante Orden ministerial publicada en BOE el 13 de julio de 2021.
Vías verdes, caminos fluviales, más zonas verdes y naturales en las ciudades
La renaturalización de las ciudades reivindica la contribución de los servicios ecosistémicos que ofrecen las infraestructuras verdes y azules en los sistemas urbanos. Incluyen acciones que son esenciales para la adaptación al cambio climático, si bien sus beneficios no son sólo ambientales, sino también sociales y económicos.
La renaturalización aboga por la extensión de las zonas verdes y azules a lo largo de toda la ciudad, conectándolas en una trama que comunica el espacio urbano, y el urbano con su periferia. Telde un municipio que se ancla entre el mar y la montaña, entre la costa y las medianías.
El Corredor une dos Espacios Naturales Protegidos de cumbre y medianías con un Sitio de Interés Científico en la ribera del mar.
El mantenimiento primer paso
Medioambiente de Telde, tras la conclusión de las obras y la firma del acta de recepción del Corredor, ha encargado el mantenimiento y conservación a Gesplan por las características de los itinerarios que se desarrollan en un espacio rústico y natural, además de la realización de las mejoras preventivas en materia de seguridad y emergencia en cauces y caminos peatonales asociados.
Quedan todavía muchas acciones relacionadas con el Corredor Paisajístico, pero el primer paso visibiliza un trabajo en constante progresión, mejorando la gestión y poniendo el presupuesto necesario para estos cometidos.
Nos acercamos a un nuevo paradigma en Telde, dejando atrás los años de sequía presupuestaria, restricciones y planes de ajuste, que bloqueaban las acciones progresistas y resilientes.
En este nuevo escenario más propio del segundo cuarto del siglo XXI, con unas zonas verdes y azules conectadas, dejando de ser puntos dispersos, que formarán una trama ecológica entre el espacio urbano y su periferia, favorece la biodiversidad, mejora la calidad del aire y reducirá el efecto isla de calor.
La naturalización de las ciudades y pueblos impacta tanto en la calidad urbana y ambiental, como en la calidad de vida de sus habitantes, en términos de salud, bienestar y justicia social.
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