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Uno de los grandes

Con Blake Edwards desaparece uno de los grandes maestros artesanales del cine, que a la vez tenía un talento creativo enorme. Es de la estirpe de Billy Wilder y Satanley Donnen, que conformaron una generación de oro heredera del maestro Ernst Lubitsch, que lo mismo transitaba la comedia con maestría que se internaba en el musical, el drama o en cualquier otro género, y siempre con solvencia y un estilo propio. blakeedw.JPG
Para que Blake Edwards estuviese con letras muy grandes en la historia del cine bastaría mencionar Breakfast at Tiffany’s (Desayuno en Tiffany’s), donde Audrey Hepburn se convierte en el icono de la elegancia que hoy conocemos, una obra maestra. Si quisiéramos inscribirlo en la comedia del absurdo, su mascarón de proa sería la película de culto El guateque y lo más popular la desternillante saga de La Pantera Rosa; en la mejor comedia sin duda inscribiríamos La carrera del siglo y Víctor o Victoria y en películas inolvidables Días de vino y rosas, con Lee Remick y Jack Lemmon en la cima de su arte. Tal vez su última etapa no fue tan brillante, pero él mismo no pudo superar el listón, que se había puesto tan alto en los años sesenta. Se va uno de los grandes, nos queda Stanley Donen.

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¿Estado de Alarma? No, gracias

esstaso.JPGEl Estado de Alarma es una excepcionalidad que tiene prevista su aplicación constitucional cuando se va de las manos algo básico para el funcionamiento de un país. Puedo entender (aceptando pulpo como animal doméstico) que los día 3 y 4 de diciembre se produjo esa situación, pero, una vez restablecida la normalidad, el Estado de Alarma tenía que haberse levantado, 48 o 72 horas después. Y si ya era mucho que se agotaran los 15 días que permite la Constitución sin pasar por el Parlamento, que ahora se prorrogue otro mes me parece tremendo. Se aplica bajo el argumento de que pudiera suceder que en las fiestas navideñas se produjera otra crisis; es decir, se hace prevención con una norma que es para aplicar en estado de suma emergencia. Por ese camino, aplicaríamos el Estado de Alarma cada vez que se vislumbre un conflicto con los médicos, los bomberos o cualquier otro servicio básico. La verdadera prevención se hace negociando en las mesas, sin quitar derechos laborales a nadie y programando los servicios públicos con visión de futuro. Que se haya alargado el estado de Alarma no es una buena noticia, que dice muy poco en favor del partido en el poder y de los que lo han apoyado en el Congreso, porque me temo que este apoyo tendrá un precio político que habrá que pagar. Y el PP, que tanto critica esta medida, no es capaz siquiera de votar en contra.

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Premio, medallas, diplomas

A unos les dan la flor de no sé qué; a otros la medalla de nosecuántos, el premio de tal o cual, el Oscar, el Globo, el Oso o la Espiga, la orden de la cacharrería o el guante, la bota o el balón de oro. Todos son personajes famosos en lo suyo y más allá, generalmente bien cubiertos y sin necesidad de más trastos que no saben dónde guardar. essspum.JPGHace unos días le robaron al tenista retirado Peter Sampras un montón de copas y medallas, que tenía guadadas en un almacén de Los Angeles porque en su casa no le cabían, o le molestaban. Por lo visto, obtener uno de esos trofeos o reconocimientos no vale tanto en sí mismo como que te lo den a ti y no a otro. Y luego viene la consiguiente pregunta: ¿Es que ya no se hacen las cosas por el mero placer de hacerlas? Todo tiene que venir corroborado con un premio, una medalla o un galardón que nada añade a lo que se ha hecho, pero, claro, no se trata de tenerlo, sino de que no lo tenga el otro. Luego los guardan en el trastero o un almacén, porque ya son chatarra. ¿Que habrá hecho Jack Nicholson con sus estatuillas de los Oscars, Federer con sus copas o Vargas Llosa con las medallas y los pergaminos que lo acreditan como ganador de incontables premios? Alguien me decía que a los ganadores de Roland Garrós y Wimbledon les dan una copa muy celebrada y a los finalistas una bandeja, que recogen a regañadientes y por lo visto pocos guardan porque esa bandeja es la constancia material de que perdieron la final. Vanidad, espuma, burbujas y no otra cosa. Hacer bien algo ya debería ser suficiente satisfacción.