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Homenaje a García Lorca

En el Museo Poeta Domingo Rivero se celebró un recital dedicado a Federico García Lorca. Con el respaldo del propio Museo y la Fundación Nace, ha surgido una antología de poemas que poetas canarios dedicaron a García Lorca. El libro y el acto han sido coordinados por Javier Cabrera. Además de las los versos leídos, pudimos escuchar a Lorca en las voces de Enrique Morente y Leonard Cohen. Y es que Federico es el paradigma de la poesía y de la contradicción, pura alegría en la vida y un fondo oscuro (para él la muerte es verde) que debió funcionar como presagio. Para mi gusto (y es muy personal, como todos) conozco poetas tan grandes como Lorca, pero no más, porque llegó a la cima de la poesía.
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Como escribí en otra parte, esa noche terrible del barranco de Víznar, Doña Rosita, Antoñito el Camborio, las hijas de Bernarda Alba, todos, a Federico lo dejaron solo frente al «río de leones» del odio y la intolerancia. Pero anoche Federico no estaba solo, estaba rodeado de poetas.

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El pueblo habla y tiene razón

El pueblo ha hablado otra vez, y seguirá gritando contra lo que es injusto además de inútil. ¿De que sirvieron los recortes de Zapatero de mayo de 2010? ¿De qué han servido las medidas que lleva tomando durante más de medio año el gobierno de Rajoy? Si tanto caso hacen a los mercados, estos hablan también, y dicen a gritos que el camino está equivocado. La prepotencia y el rodillo nunca solucionan los problemas, y menos cuando perjudican directamente a una sola parte de la sociedad, e indirectamente se convierten en brumas sobre las pequeñas y medianas empresas a la vuelta de unos meses. El señor Montoro puede inventarse en el Congreso todas las expresiones que quiera, pero a estas alturas ya no engaña a nadie. Aquí hay una foto, como podría haber miles, pero ese es el pueblo que, como siempre, finalmente tiene razón. Es hora, aunque sea tarde, para empezar a escuchar.
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Y ellos bailando en El Trianón

María Antonieta celebraba una fiesta detrás de otra en un palacete anejo al de Versalles que llamaban Trianón. No bien acababa una empezaba la otra, con música, bebida, danzas y una gran competencia en el vestuario, tanto masculino como femenino. El gasto era inmenso, y una corte corrupta dilapidaba el dinero que le sacaban al pueblo. Desde luego, no sería porque no se les dijera, porque muchos llegaron a Versalles avisando de que la gente estaba ahogada y resultaba cada día más difícil contener el descontento. Se cuenta que en el último invierno antes del estallido de la Revolución la reina estrenó una media de cinco lujosos vestidos por día, que jamás repetía, aderezado con joyas, sombreros y zapatos de similar rango. Llegaban más advertencias, pero ellos seguían bailando en El Trianón. Luego pasó lo que pasó.
versalles[1].jpgLa comparación es evidente. Mientras unos siguen de fiesta en su Trianón de viajes, grandes salarios superpuestos, beneficios incontables, robando directamente y creyéndose seres especiales con derecho a todo eso, otros pagan y pagan más, y cobran menos, estrangulados y encima aguantando reproches de los que miran desde el palacete. Y ya están cansados. De vez en cuando, por la ventana lanzan a la multitud una Eurocopa, pensado, como los romanos, que al pueblo se le doma con pan y circo. Lo que pasa es que empieza a haber poco pan. La historia se repite si no se aprende de ella, y por eso la gente sale a la calle muy cabreada por esa música que llega desde El Trianón. Están avisados.