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Dignidad

zzDSCN4069.JPGHe visto en varios programas de televisión cómo se juega con la dignidad. Por ejemplo, abordan por la calle a una persona que se ve que tiene pocas luces, le formulan una pregunta sobre Platón o la hacen cantar o hacer barrabasadas que se les ha ocurrio a un supuesto guionista creativo. No le veo la gracia a que un intrépido periodista intente vender a un jubilado casi ciego un jarabe que le devolverá la vista. Es de una crueldad tremenda, y el público aplaude. Luego hay docenas de supuestos videntes que aconsejan a personas incautas, y les aseguro que no hay tantas personas con poderes paranormales, lo que sí hay es mucha charlatanería que se nutre de la angustia ajena. Puede haber un mal programa de cocina, lo peor que puede pasar es que tengan que tirar su receta a la basura, pero aconsejar sin criterio sobre temas graves es otra cosa. Creo firmemente en la libertad de expresión, pero todo esto no sé si entra en ese apartado. A mi modo de ver, no sólo es censurable, sino también sancionable, porque es una agresión cruel contra la dignidad humana.

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¿Más palomas?


zzpal.JPGLa paloma es símbolo de la paz desde muy antiguo, porque la Biblia da como señal de concordia entre Dios y los hombres el regreso al arca de Noé de una paloma con una rama de olivo en el pico. Este símbolo se ha renovado en el último siglo, sobre todo desde que Picasso lo elevó a arte. Pero dicen los entendidos que la paloma no es tan pacífica, incluso hay quien asegura que son aves de una tremenda crueldad, hasta el punto de que en alguna parte he visto que a las palomas las llaman «las ratas del cielo». Todo esto viene porque en los últimos meses, la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria aparece superpoblada de palomas. Siempre hemos visto palomas en la zona de la catedral, y algunas por el resto de la ciudad, pero es que ahora las hay por todas partes, en la arena de Las Canteras mientras tomas sol, en las plazas, en las calles y hasta se cruzan volando por delante de los coches. No sé si es una sensación mía, pero veo demasiadas palomas, e ignoro si eso es normal o es que el control de su población se ha relajado. En algunas ciudades como Milán o Venecia han tenido alguna vez que controlar las palomas porque alcanzaban la categoría de plaga. Tal vez aquí la cosa no llega a tanto (o sí), el caso es que veo demasiadas palomas por toda la ciudad.

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¿Se acabó la fiesta?

zjjoo2222.JPGNunca me alegro de los males ajenos y mucho menos de los que de alguna manera me atañen. Me refiero a las glorias deportiva de España, una especie de contrasentido, pues mientras las vitrinas de muchos deportes rebosaban de trofeos, el país no iba muy bien. Decían que ganar animaba y que incluso dinamizaba la economía, pero eso debe ser en otros países; aquí no. Resulta que, de golpe, los Juegos Olímpicos empiezan a bajarnos de la nube. No están Nadal y otros posibles medallistas por lesión, la selección de baloncesto tiene a medio equipo tocado o en recuperación física y el remache: la selección de fútbol, la gran favorita, no ha sido capaz ni de ganarle a Honduras, que como sabemos tiene un potencial futbolístico más bien cortito. ¿Es que se ha acabado la fiesta y todo ha sido flor de un día? La verdad es que no podemos fiarnos mucho por los resultados de estos Juegos Olímpicos, porque Londres parece que nos trae mala suerte; la cosa empezó mal, cuando la adjudicación de los Juegos y Londres le birló la sede a Madrid por la «gracieta» del príncipe Alberto de Mónaco. Queda esperanza en vela y poco más, porque las posibles medallas que se esperaban en ciclismo, remo, natación o judo se han volatilizado. Mirémoslo por el lado positivo y pensemos que la pesadilla de Londres acaba el día 12 y a lo mejor cuando seamos menos gallitos en deportes empieza a recuperarse la economía. El que no se consuela es porque no quiere, y si no hay copas de las otras, nos quedan los chupitos.