Libertad religiosa y fundamentalismo
Las noticias que llegan de Mali son cada vez más preocupantes. Los radicales salafistas se han hecho con el control de muchas poblaciones, en la que aplican la Sharía o Ley Islámica, que determina terribles castigos físicos a quienes no cumplen a rajatable los preceptos que ellos han decidido. La Sharía no es una ley coránica, es una interpretación, y por lo tanto depende del fundamentalismo de cada grupo, pero el caso es que cortan brazos a los ladrones, dan palizas por jugar al fútbol y llegan a la muerte por lapidación en caso de adulterio. Esto sucede ahora mismo en el África cercana, pero brotes de todo eso hace años que se dan en Europa, especialmente en Francia y Holanda. En España, el asunto empieza a preocupar, porque desde algunas mezquitas se predica la Sharía y existen grupos de radicales que tratan de que se cumpla. Hay muchos casos de palizas porque una mujer no lleva velo (a veces al padre o al marido por permitírselo) y otros asuntos más graves. La religión es algo íntimo y personal, pero cuando se convierte en ley civil gobernada por el fanatismo estamos retrocediendo siglos, pues estas cosas también pasaron con el cristianismo, y para corroborarlo basta nombrar la Inquisición. Uno creía que el siglo XXI sería más tolerante, pero estamos entrando en un túnel tremendo.