Ser idiota es normal
Se puede cometer un error difuso en un momento dado, pero se necesita mucha torpeza para meter la pata de la manera que algunos personajes públicos lo hacen, porque parece mentira que no sepan la que van a liar con sus patinazos. Esta temporada la cosecha ha sido magnífica, empezando por Marta Sánchez, cuando dijo que la crisis no se arregla jodiendo al prójimo sino trabajando (que se lo diga a los millones de parados que tenemos) y terminando con un tal Castelao, que es (o era) Presidente de no sé qué consejo raro del ministerio de Exteriores, que dijo que las leyes, como las mujeres, son para violarlas. Y se quedó tan ancho.
En medio están el diputado Rafael Hernando, que dijo que el juez Pedraz es un ácrata pijo, la delegada del Gobierno en Madrid que pidió «modular» el derecho de reunión, Vidal-Cuadras, que solicitó a la Vicepresidenta que fuese preparando a un general de la Guardia Civil como receta contra el catalanismo y la cantante Amaia Montero, que afirmó que cuando las mujeres dicen NO solo quieren ver qué serías capaz de hacer por ellas. Con este muestrario se ve que la estupidez humana abunda (y subiendo, que diría Groucho Marx).
Luego suelen tratar de matizar lo que han dicho, que si fue en clave irónica (no creo que la torpeza tenga nada que ver con la ironía), que no se les entendió, que se han tergiversado sus declaraciones, que sus frases han sido sacadas de contexto… ¿Qué ironía hay en lo que dijo Vidal-Cuadras? ¿Qué no se entendió en las palabras de Marta Sánchez? ¿De qué contexto se sacan los 140 caracteres de Twitter de las palabras de Amaia Montero? ¿Qué tergiversación se ha hecho en lo que claramente largaron Castelao y la delegada del Gobierno? Pero el que dio un recital fue el alcalde del pueblo leonés de Toreno, quien, aparte de llamar «tonto del culo» al ministro Soria, dijo que a Canarias debería llevársela el moro, y que si vendieran La Gomera y el Hierro a los alemanes aminoraban el déficit público. Por lo tanto, debemos colegir que, efectivamente, el género humano se está idiotizando a marchas forzadas, argumento que se refuerza viendo que se vende muy bien como humor las groserías de Paz Padilla, como inteligencia la mala educación de Mourinho y como valentía el discurso incoherente de Sandro Rosell, presidente del Barça, que hasta ahora era un modelo en el fútbol, pero que no sé si ahora empieza a jugar a otra cosa. Y suma y sigue.
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(Ahora que hay que recaudar como sea, habría que poner una multa o impuesto alto a quien desbarre de esa manera tan escandalosa… Vaya, que he desbarrado, que eso atenta contra la libertad de expresión…)