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Abdicaciones y mentiras


A raíz de la abdicación de la Reina Beatriz de Holanda en su hijo, se ha comparado la monarquía holandesa con la española, puesto que la reina tiene la misma edad que don Juan Carlos (75 años) y ambos príncipes herederos también son coetáneos (45 años). Se dice que en Holanda hay tradición de abdicar cuando las reinas (han sido tres mujeres sucesivamente) pasaban la barrera de los 70 años, y así ha sucedido con las reinas Guillermina y Juliana y ahora con Beatriz. Aunque en Europa se sigue en general lo de reinar hasta la muerte, los más encendidos monárquicos españoles se han puesto de acuerdo en la falacia para clamar que «los reyes de España no abdican, mueren en el trono», y algún comentarista listillo con apellido de castillo vallisoletano ha dicho que en España solo ha abdicado Carlos I.
zzzCDA10963[1].jpgPues no es cierto, porque si bien la monarquía británica se distingue por la cantidad de reyes y reinas que fallecieron por muerte violenta de toda índole (Ana Bolena, María Estuardo, Enrique III, Carlos I Estuardo), la española tiene el récord de abdicaciones en toda Europa y acaso en todo el mundo. Veamos: Carlos I de España y V de Alemania efectivamente abdicó sobre su hijo Felipe II en el año 1556; Felipe V, el primer Borbón de España, abdicó en 1724 y cedió la corona a su hijo Luis I, que murió a los siete meses y entonces Felipe V tuvo que reasumir el trono hasta su muerte; Carlos IV abdicó durante la invasión francesa de 1808; Isabel II fue destronada en 1868 y dos años después abdicó sus derechos sucesorios en su hijo Alfonso XII; y queda Amadeo de Saboya, rey traído de Italia, que renunció al trono en 1873.
zz000732314[1].JPGY eso sin contar que a Juana I de Castilla (Juan La Loca) la hicieron abdicar en su hijo Carlos I y la recluyeron en Tordesillas hasta su muerte, que a José I Bonaparte, rey impuesto por su hermano Napoleón, «lo abdicaron» a patadas cuando las tropas napoléonicas fueron derrotadas, y que el Infante Don Jaime (hijo de Alfonso XIII) abdicó de sus derechos sucesorios en 1933 sobre su hermano don Juan de Borbón, padre de don Juan Carlos. Don Juan, al que los monárquicos enterraron en el Escorial bajo el nombre de Juan III, a regañadientes pero empujado por los hechos consumados, abdicó de sus derechos en su hijo en 1977. Es decir, otra cosa no, pero en España ha habido renuncias y abdicaciones monárquicas a mansalva. Disculpen la intempestiva lección, pero es que me molesta la utilización de la mentira y la ocultación que ejercen algunos, amparados en el escaso conocimiento general de nuestra historia. Y, por supuesto, no entro en el debate sobre si el actual rey debe abdicar o no.

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¿Política-espectáculo? No, gracias

zvDSCN4158.JPGLa política ocupa casi con prioridad absoluta las portadas de los periódicos y las cabeceras de los noticiarios de radio y televisión. El espacio y el tiempo que llena en todos los medios es, a mi parecer, exagerado. Sólo los grandes triunfos o los grandes desastres deportivos, o un hecho trágico de enorme impacto son capaces de robar el gran titular del día a la política. En realidad, que la frase de un líder sea más o menos brillante, que la réplica del otro sea florentina, afrancesada o porteña con faca en ristre carece de influencia en la vida del ciudadano. Es una secuencia más del espectáculo que nace y muere en los mismos políticos, mientras los ciudadanos asisten indiferentes a esa gran masturbación verbal que va hacia ninguna parte. De política, de la verdadera política que interesa a los ciudadanos, no se habla en los medios. Prima el espectáculo, y cuando las estrellas del show reposan en sus camerinos, aparece el fútbol, que una sobrecarga de gemelos de un centrocampista siempre cubre mucho papel. Y, qué quieren, aunque por lo visto dicen que las ideologías han muerto (más bien quieren matarlas), lo colectivo no interesa y el crecimiento como sociedad se deja en mero espectáculo, a mí sigue interesándome la política, la de verdad, esa que hoy es un pálido reflejo en la memoria de quienes seguimos creyendo tal vez de forma ingenua que el hombre es un ser inteligente.

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La Candelaria y la lluvia

zgui22222222.JPGNuestros antepasados, que se guiaban por las cabañuelas de agosto, la posición de Venus al atardecer de los veranos sobre determinadas montañas y finalmente por el almanaque Zaragozano, solían decir que el 2 de febrero era un día en el que podía saberse si llovería más en lo que quedaba de invierno. Unos se afianzaban a los ancestros del idioma y decían aquello de «Si para la Candelaria plora, el invierno viene ahora…» y otros lo actualizaban con «Si por la Candelaria llueve, el invierno atrás nos viene…» El caso es que ambas opciones sentenciaban luego que «Si para la Candelaria no ploró (llovió) el invierno se acabó». zgui11111111.JPGDesconozco qué grado de acierto hay en esto, porque muy científico no parece, pero también es verdad que el ser humano ha ido acumulando sabidurías que en algunos casos acaba perdiéndose. Por esa cada 2 de febrero recuerdo este asunto, y la verdad es que no tengo la cuenta de si se ha cumplido o no en los años que he vivido. Hoy hace un día luminoso en algunas zonas, pero es posible que caigan tres gotas en cualquier parte de Las Islas, y entonces se cumpliría el anuncio, porque tampoco sabemos qué cantidad de gotas se considera lluvia. En todo caso, el 2 de febrero siempre es un anuncio de que la primavera está a punto de llegar, y también una ocasión para recordar las llegadas del Guiniguada, con hechuras de río caudaloso, a La capital de Gran Canaria, como la que se ve en las fotos que hice en el lluvioso febrero de 1980.