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¿Qué me pongo?

Con el tiempo meteorológico nunca nos ponemos de acuerdo. Para unos, el verano se ha alargado y siempre dicen que dónde se ha visto un octubre tan caluroso; para otros, el levante de los últimos días es anormal, e incluso hay quien dice que el invierno se nos está echando encima de repente y por lo visto esto es nuevo. Todos los años escuchamos las mismas cantinelas, pero lo cierto es que el otoño canario a nivel del mar es muy variable, siempre lo ha sido.
z4_vestidos[1].JPG Otra de las preguntas que se hacen ahora más que nunca las mujeres es aquella clásica de «¿qué me pongo?». Salen a trabajar por las mañanas y hace fresquito, y a mediodía hay bochorno, así que no saben. Van de compras y ven que la mayoría de los vestidos de esta nueva temporada son muy ligeros, salvo algunos de telas muy abrigadas, que son los menos; y se preguntan por qué, si es invierno, las telas son incluso más finas que las de verano. Pues muy fácil, porque empieza a haber crisis en el mercado del algodón después de las inundaciones en Pakistán, y porque así tendrán que comprar prendas de abrigo para poner debajo y encima. El caso es que el tiempo y la ropa son temas de conversación muy frecuentes en estos días, y es que ya dice el refrán que nunca llueve a gusto de todos.

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Hombres imprescindibles

Hay hombres que luchan un día y son buenos.
Hay otros que luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos.
Pero los hay que luchan toda la vida:
esos son los imprescindibles
. (B. Brecht)

Con la muerte de Marcelino Camacho se han desatado las loas y se ha centrado la atención sobre el dirigente sindical que fundó Comisiones Obreras. Realmente Camacho fue siempre tan discreto que parece que casi se empeñó en privar a su figura de la aureola que sin duda tenía. Fue un combatiente republicano durante la guerra civil y como perdedor fue confinado en un campo de concentración. Y ahí su figura adquiere vuelo heroico y novelesco, que poco se ha comentado, pues se evadió de su presidio en el norte de Africa y huyó a Argelia. Por lo tanto fue también un exiliado y cuando regresó a España siguió trabajando en la clandestinidad conformando Comisiones Obreras y realizando una lucha permanente contra el franquismo en su apogeo.
zZZcamachobujo.JPGSu nombre estuvo en todas las bocas cuando tuvo lugar el famoso proceso 1.001, que llevó a la cárcel de Carabanchel en prisión preventiva a la cúpula de CC.OO.: Marcelino Camacho, Nicolás Sartorius, Miguel Ángel Zamora, Pedro Santiesteban, Eduardo Saborido, Francisco García Salve (sacerdote obrero), Luis Fernández, Francisco Acosta, Juan Muñiz Zapico y Fernando Soto. La coincidencia del juicio con el atentado a Carrero Blanco (20 de diciembre de 1973) hizo que las penas fuesen más duras, y en la cárcel estuvieron hasta que el 25 de noviembre de 1975, cinco días después de la muerte de Franco, el Rey Juan Carlos, aún no coronado (eso ocurriría dos días más tarde) los indultó. Camacho se hizo referente de la justicia social, y el suéter rojo que le tejió su esposa para que se abrigase en la cárcel se convirtió en un icono de la lucha por la libertad. Su corazón comunista con todas sus consecuencias lo llevó incluso a enfrentarse a la dirección de CC.OO. que le sucedió en 1987. Ha muerto en su modesta casa de siempre y es ahora cuando muchos se dan cuenta de la lección de coherencia que fue cada acto de su vida.
Siempre me pareció una figura paralela a la de Germán Pírez, Fernando Sagaseta, Agustín Millares Sall y tantos otros, y aprovecho para decir que quienes amamos la libertad y valoramos la coherencia seguimos debiendo un gran homenaje social a estos hombres que son el viento del pueblo que cantó otro hombre imprescindible, Miguel Hernández. Ahora que tratan de arrebatarnos las conquistas sociales que han costado tantos sufrimientos, tenemos que mirarnos en esas figuras que son faro para el futuro, y el que diga que las ideologías han muerto es que es de derechas, eso está claro. Deseo que Marcelino Camacho descanse en paz, o que haga lo que quiera, que a lo mejor no quiere descansar y seguir luchando. En este momento de la historia necesitamos hombres como Marcelino Camacho: IMPRESCINDIBLES.

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Fútbol a todas horas

Aquel grupo de hombres ya metidos en años había estudiado el bachillerato en el mismo instituto. Se veían de vez en cuando, de uno en uno, o como mucho de dos en dos, pero los que un día decidideron llamarse «Los Siete Magníficos» nunca habían estado juntos alrededor de una mesa desde que acabaron el COU (¿o era el PREU?), porque la vida les llevaba por caminos distintos y siempre había algún inconveniente que lo impedía.
Ernesto, que era el más aglutinador, decidió convocarlos, aprovechando que los tres que vivían fuera de la isla solían venir en vísperas de Navidad. Contando con que unos se iban de viaje y otros no llegarían hasta un día concreto, tenían dos días, sábado y domingo, para celebrar esa cena. Pero ni así, porque el primer día Rafael, que acababa de llegar de Valencia, no podía porque tenía que ver el partido televisado con su padre y Octavio con sus hermanos antes de volar a Santiago de Compostela. Decidieron entonces que sería el domingo, pero Miguel tenía Canal Plus y daban el partido del año de su equipo, y aunque los demás dijeron que irían a su casa, él se negó, porque vivía en un piso muy pequeño y no cabrían.
znou-camp[1].JPGAsí que, el fútbol está gobernando muchas agendas, y ni la amistad pasa por encima de él. Los martes y miércoles hay Champions, los jueves liga europea, los sábados y domingos fútbol a todas horas y por si fuera poco ahora dejan un partido para el lunes. Sólo queda el viernes, pero como es víspera de liga y resaca de lo demás también hay programas de fútbol y los aficionados los siguen, no vaya a ser que se pierdan en directo la última papafritada de Mourinho.
Está claro que si se acabara el fútbol cerrarían muchos periódicos, cadenas de televisión y emisoras de radio, lo cual me lleva a pensar que encima hay que estar agradecidos porque genera puestos de trabajo. Así se entiende que un futbolista que lo único que hace es dar patadas a un balón sea honrado solemnemente con el Premio Príncipe de Asturias, igual que un científico que ha descubierto la cura de un mal terrible o un sociólogo que lleva años indagando sobre la crueldad del hombre con el hombre.