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Un post «histórico»

BritishDiscobolo[1].jpgDe un tiempo a esta parte hay una especie de obsesión mediática por la historia y lo histórico, pero mirada desde la actualidad más caliente, que quita neutralidad a los análisis. Hemos visto cómo muchos proclaman que el actual Barça es el mejor equipo de fútbol de la historia, Nadal el mejor deportista español de la historia o Berlanga el mejor director de cine español de la historia. Siempre la historia, pero lo más reciente gana siempre en todas las encuestas mediáticas, porque la mayor parte de la gente no valora películas de antaño ni vio jugar a Kubala. Porque sucede en todas las áreas. No puede saberse cuál es el mejor actor de la historia, el mejor cuadro, la mejor novela, el mejor poeta o el músico más sublime. Sabemos que hay obras y figuras muy grandes, pero, dentro de esa grandeza, es cuestión de gustos, de visiones culturales y de quién haga la proclama. Es curioso ver cómo, cuando los americanos hacen un ránking de los diez mejores libros de la historia, aparecen siempre tres o cuatro norteamericanos, y en la lista de mejores actores casi no hay nombres de fuera. En el deporte se puede medir el número de medallas, de copas y todo eso, pero incluso así es muy difícil establecer ese rango supremo. Un gran deportista en cualquier rama que acapara más triunfos no es necesariamente el mejor de la historia, porque depende también de si en su su generación no han le han salido competidores del nivel que tuvo el que quedó segundo. Y se puede medir el número de goles de un equipo, pero no su juego, que es como evaluar un ballet. En estos últimos años he visto adjudicado el título máximo del deporte de la historia al Real Madrid, al Barça, a Gasol, a Nadal, a Fernando Alonso, a Induráin, a Contador, Messi, a… Uno de ellos tal vez sea ese mirlo blanco, pero deberíamos tener en cuenta a figuras como Pelé, Bahamontes, Santana, Angel Nieto… Habría que ser más comedidos… Yo también, por supuesto.

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La maldad y la inteligencia

Se ha dicho que la maldad es una manifestación de la inteligencia, y el pueblo parece corroborarlo cuando dice de alguien con pocas luces que «es un alma de Dios». Sobre esto, doctores tiene la Iglesia, supongo que algo tendrán que decir los especialistas, hhhh765.JPGaunque me niego a creer que sea así porque sería tanto como afirmar que las grandes mentes son una fuente de maldad, y sabemos de personas inteligentes que objetivamente son buenas personas. Esa teoría de relacionar la maldad con la inteligencia se ha ido aposentando en la sociedad sobre todo después de que se hayan popularizado esos asesinos en serie que aparecen en libros y películas. Son ficción, y su inteligencia que funciona como un reloj suizo viene a ser fruto de la maestría narrativa de quien escribe el libro o el guión de la película. Ahora se aplica lo mismo a la colectividad, y he escuchado en una radio que en estas sociedades avanzadas es donde se dan los crímenes más horrendos. Es cierto que hemos vistos cosas terribles sucedidas en Estados Unidos, Finlandia y la racionalísima Viena, abusos espeluznantes y masacres disparatadas. Pero ¿qué me dicen de las matanzas en Africa o Pakistán? Lo cierto es que la maldad existe, todos la hemos visto, pero quiero creer que no está relacionada con la inteligencia, porque también he visto malos muy tontos.

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¿No se te está yendo un poco la mano?


Me dirijo a ti, porque hay millones de personas que creen en tu existencia y en tu capacidad para gobernarlo todo. Desde que el hombre aprendió a hablar y por lo tanto a pensar, siempre se ha creído mayoritariamente en ti, y sólo en el siglo XVIII se puso en tela de juicio tu existencia. Te nombran de formas distintas, te rinden culto con ritos diversos, pero finalmente se acepta tu superioridad. ztesatas pasando.JPGY como no tengo argumentos para negarte ni tampoco para proclamarte, entiendo que puede que estés ahí o no, pero en el primer caso creo que estás siendo demasiado duro. En realidad siempre lo has sido, pero de unos años a esta parte envías tsunamis devastadores, erupciones volcánicas apocalípticas, huracanes exterminadores, terremotos ultradestructivos, sequías bíblicas, inundaciones arrasadoras… Utilizas los cuatro elementos (tierra, fuego, aire y agua) en dosis tremendas y el planeta se llena de sufrimiento. Ya sé que hay acciones que merecen castigos, pero tengo la impresión de que no estás apuntando bien, porque los que generan guerras, crean pobreza y humillan a los demás siguen viviendo tan ricamente, a salvo de todas las tragedias. No entiendo por qué había que castigar a los niños no nacidos en Lorca, a los miles de inocentes que se mueren de hambre en el Sahel, a tantos que ni siquiera pueden hablar. ¿No se te está yendo un poco la mano? Soy un ingenuo, hacer esa pregunta a quien envió el fuego de Sodoma, el diluvio universal y las diez plagas de Egipto. Creo que sigues aplicando el Antiguo Testamento, y por eso te ruego que cambies de libro, porque en el Nuevo hay palabras como perdón, esperanza, reconciliación, salvación… Bueno, me olvidaba que también en el Nuevo está El Apocalipsis. En todo caso, afloja un poquito.