Cambio de hora
Está claro que lo de habitar varias dimensiones coincidentes debe ser verdad, porque los dirigentes deben vivir en una distinta a la mía. El Rey dice en La India que los españoles saldrán de la crisis con el cuchillo en la boca, que no sé exactamente qué significa, las cifras del paro son escalofriantes y en medio la pompa de los Premios Príncipe de Asturias (con modelito letiziano incluido) y el rechazo de Javier Marías al Premio Nacional de Narrativa, que, aunque es muy respetable su postura, tampoco se sabe muy bien qué mensaje envía. Por lo pronto, dedico este fin de semana a cambiar la hora de los relojes, porque a lo tonto hay muchos en cada casa y solo se cambia automáticamente el del ordenador. Y mientras, hay gente que vive en otro espacio cósmico, valorando la realidad (que esa es otra, habría que definirla) con distintos parámetros. Ayer fui a comprar el pan, y un señor comentaba el asunto de Cataluña. Otro parroquiano, de sopetón, le preguntó: «¿y si Cataluña es independiente, la liga se juega sin el Barça?, pues vaya porquería, sin la rivalidad con el Real Madrid». El primero le perdonó la respuesta y yo seguí callado esperando mi turno, consciente de que se entrecruzan dimensiones y realidades paralelas.