No nos sentimos seguros
Dicen que hemos perdido mucho en seguridad, y es cierto, porque sólo hace falta mirar cualquier medio para darse cuenta de que el mundo parece a punto de reventar como una aguaviva. No hay espacio en este post para enumerar las docenas de conflictos que hay activos en el planeta, siempre son evocados los felices años sesenta del siglo pasado, que sin duda fueron los mejores de toda la historia en el mundo desarrollado.
Entonces nos sentíamos seguros, pero no olvidemos que hubo hambrunas en Biafra, que la gente se mataba en Pakistán y Bangla Desh, que Oriente Medio era un polvorín o que América Latina era sinónimo de opresión, con un golpe de estado cada diez minutos (en Bolivia, en 1967, hubo 5 golpes de estado en 6 meses).
Pero en nuestro entorno inmediato nos sentíamos seguros. Cogías una mochila, te subían en un barco hasta Cádiz y luego llegabas a Munich en auto-stop. Hoy nadie se arriesga, ni el de la mochila ni el del coche, porque nadie se fía de nadie. Pero el mundo era muy injusto también entonces, y creo que en lugar de avanzar hemos retrocedido.