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Reyes, políticos y obispos

zEscudo_de_Espana[1].jpgMenuda carajera se ha montado a causa de los contactos que el Rey ha mantenido con distintos agentes económicos. En resumidas cuentas, se ha venido a decir por unos y por otros que lo mejor es que se esté quieto. Repaso el artículo 56 de La Constitución y encuentro que se le atribuyen las funciones de arbitrar y moderar, pero nadie sabe qué demonios significan estos verbos en tal contexto, pues por lo visto no quieren decir que el Rey sea un árbitro y un moderador. Por lo oído en estos días, son verbos retóricos que finalmente no tienen significado jurídico alguno.
Y en una situación complicada como la actual, los políticos están dando una talla lamentable. Al Rey lo único que le permite la Constitución es irse a comer con Obama, y los políticos se arrogan esa función porque les ha sido otorgada por las urnas. Y curiosamente, no ejercen esa capacidad porque no les da la gana. La tienen pero no la usan, pensando siempre en los votos, y mientras tanto el país se está yendo al carajo. Sabíamos que eran ineptos e incapaces, que no han acredito espíritu de sacrificio y que lo del interés general es un cuento chino. Lo que yo ignoraba es que fuesen capaces de arrancarse un ojo con tal de que el adversario (no sé si llamarlo enemigo) quedase ciego. Y encima sale Rouco Varela haciendo los coros. Viendo semejante contumacia y cerrazón, yo no me atrevería, pero Shakespeare los acusaría de traición a la patria (actualizando el lenguaje, cambiaría patria por pueblo o democracia).

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El expolio mediático de Marichalar

Ha sido tremendo y diría que grosero el expolio (así ha de llamarse) que se ha producido con Jaime de Marichalar tras su divorcio de la Infanta Elena. La salida televisada de su efigie del Museo de Cera ha sido vergonzante y ofensiva, como la degradación pública de un traidor. Pero estas cosas suceden cuando se mezclan rangos en ese mundo de otro tiempo que aparecía en el desaparecido almanaque Gotha. Es como si castigasen al plebeyo por haberse atrevido a cruzar la línea.
zescalera.jpgEn otras épocas, las personas de sangre real debían casarse con alguien de su alcurnia, o de lo contrario podrían perder parte de sus privilegios o todos. Y al decir alcurnia me refiero a sangre real, pues no valía un aristócrata, y por ello se han ido mezclando las casas reales hasta formar un laberinto de apellidos que van todos al mismo sitio: Orleans, Saboya, Borbón, Sajonia, Lorena, Habsburgo, Hannover… Se suele decir que cuando se produce una unión desigual es un matrimonio morganático, que era aquel en el que cada uno de los cónyuges mantenía su status, al que el de rango inferior no podía acceder. Si se trataba de un príncipe o princesa que fuese a reinar, era un imposible, porque en ese caso no podría acceder al trono.
Los matrimonios de las Infantas de España son claramente morganáticos, puesto que sus maridos no adquieren la condición de ellas, ni siquiera de los títulos que ellas ostentan, que se les adjudican a ellos por inercia o por cortesía, porque strictu sensu no son duques, sino esposos de las duquesas. Y, la verdad, resulta ruborizante que estas cosas sucedan en el siglo XXI. Todo empezó a cambiar cuando la plebeya Grace Kelly se casó con Rainiero, y más tarde el rey de Suecia se casó con una alemana sin títulos, que es hoy la reina Silvia. Ha habido casos más recientes en Noruega, Dinamarca, Holanda y hasta en España el Príncipe de Asturias se casó con una plebeya, que encima era divorciada, cosa que le costó hace 70 años el trono del Imperio Británico (todavía era un imperio) a Eduardo VIII, luego Duque de Windsor. Por eso choca tanto este ensañamiento con Jaime de Marichalar.

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Alguien será responsable, digo yo

Existen organismos estatales y supranacionales encargados de impulsar la economía, velar porque se cumplan las reglas y estar alerta ante cualquier disparate. Desde los bancos centrales de las naciones (especialmente los de Estados Unidos, Inglaterra y la UE), hasta el Fondo Monetario Internacional, El Banco Mundial el G-7 u 8 o 20 o como se llame ahora. ¿Cómo es posible que ninguno de estos organismos, que se supone tienen mecanismos de control muy sofisticados, se dio cuenta de la pifia que se estaba cometiendo?
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(Imagen de los brotes verdes tomada por un paparazzi)


Ahora España está en la cola de los grandes, y va a resultar que finalmente va a llevarse todas las bofetadas. No es que los organismos españoles sean inocentes, ni que España no tenga su cuota de responsabilidad en los foros donde está integrada, pero una cosa es ser cómplice y otra muy distinta autor del desastre. Pero nada, ellos tan campantes, celebrando cenas, desayunos y lo que haga falta, mientras llevan hacia el abismo al mundo desarrollado, y encima no quieren tragar con las medidas contra el cambio climático. Es que son…