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Independentistas y pescadores de río revuelto

Esto de la independencia de Canarias es recurrente, aunque cada vez se acortan los períodos. Durante cuatro siglos, lo que se discutía era si seguíamos ligados a la corona de Castilla, es decir, España, si caíamos en manos de los portugueses o bien eran los ingleses los que controlaban las Islas, cosa que en cierto modo hicieron indirectamente durante mucho tiempo.
zindep1.jpgPero la idea de la creación de un estado independiente se materializa por primera vez a caballo entre los siglos XIX y XX, que tuvo como factor fundamental el periódico El Guanche, publicado en Caracas por Secundino Delgado, aunque la cosa tuvo conatos desde que, en plena Guerra de Independencia (española) se creó la Junta Suprema. Luego vinieron otras, como las Juntas Superiores y todo un largo proceso que no hay espacio para contar. Durante el primer tercio del siglo XX, siguió escondido el germen, que quiso despuntar durante la II República, pero se agostó con la Guerra Civil. Renace en los años sesenta con el Movimiento Canarias Libre, se incrementa en los setenta con el MPAIAC y cuando nace la autonomía parece diluirse, aunque está visto que sigue ahí.
zindep.jpgSe entiende poco que se apoyen en Galdós (basta leer el discurso de La Fe Nacional para ver el pensamiento de Don Benito), en Estévanez (que fue ministro de la I República española y Capitán General de la Cuba colonial), en Gil Roldán (autonomista y cabildista militante y diputado en la II República). Porque nadie se lo plantea en serio, es como la monarquía, pues estoy cansado de oír aquello de «soy republicano pero al Rey déjenlo estar; ya veremos más adelante». Y casi por sorpresa ahora se convoca una manifestación independentista en Las Palmas de Gran Canaria, no se sabe muy bien por quien, y de una forma rara, porque se anuncia más en Tenerife que en Gran Canaria. Y yo me quedo en Babia. Me temo que se trata de aplicar lo del río revuelto, aunque está por ver quiénes son esta vez los pescadores.

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Marzo el apurado

Hay una vieja muletilla que dice de alguien que viene más «apurao» que marzo, porque tiene que recuperar el tiempo de un febrero gandul que sólo tiene 28 días. Y también se habla popularmente de febrerillo loco, referido al tiempo meteorológico, que también reza que «en febrero, un día malo y otro bueno».
ztermometro.JPGY si febrero es loco, este año se ha lucido y cumplido con exceso su fama. En cuanto al tiempo meteorológico nos ha dado de todo: nieve, lluvia, viento, calima, temporales marinos, heladas y hasta calor algunos días. Y lo ha hecho a la tremenda, sembrando destrucción allá por donde pasaba. No recuerdo un mes tan atorrante como el que acaba de irse, hasta al punto de que ahora las tormentas atlánticas se convierten en ciclones y arrasan la costa francesa del Golfo de Vizcaya.
Pero viene marzo, ya está aquí, «apurao» como decían antes, y esperamos de él justamente lo contrario: sosiego. Si a todo esto le añadimos el terremoto de Chile y el tsunami posterior, el de Argentina y las burradas que se siguen haciendo de una y otra parte en Irak y Afganistán, pedimos a marzo tranquilidad en todos los sentidos, y es paradoja porque es el mes de Marte, el dios de la violencia y la guerra. Ya le pronosticaron a Julio César: «Cuídate de los idus de marzo». Esperemos que este marzo se porte bien y deje de una vez por todas a febrero del 2010 como lo que fue, un mes horrible.

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Cuba y las dictaduras

Es evidente que la izquierda europea ha tenido siempre un trato especial con Cuba, seguramente porque derribar a Batista hace 50 años fue todo un logro y valía como ejemplo ante las dictaduras bananeras de todo el continente, pues no olvidemos que entonces estaban en su apogeo Trujillo en la República Dominicana, Duvalier «Papa Doc» en Haití, Somoza en Nicaragua y Batista en Cuba. Acabar con uno de ellos era todo un desafío en el patio trasero de Estados Unidos, y de ahí le vino la simpatía, y por ello intelectuales de la talla de Vargas Llosa o Cabrera Infante estuvieron al lado de Castro. Luego, cuando vieron que fue cambiar dictadura por dictadura, se le opusieron, y bien que pagaron la factura ante la izquierda.
Ahora mismo en América Latina hay dictaduras encubiertas que son en realidad gobiernos títere, y nadie dice nada. El saqueo que los partidos supuestamente democráticos realizaron en la rica Venezuela nunca tuvo la menor crítica. Pero eso no es disculpa para decir bien claro que el personalismo y el uso de la fuerza contra quienes piensan distinto de Chávez o Evo Morales (por mucha coartada indigenista que enarbole) no es de recibo, y una dictadura es una dictadura sea del color que sea, porque cercena la libertad, y las revoluciones que cambian un totalitarismo por otro son todas repudiables. El partido único, el culto a la personalidad del líder y tantas lacras que hemos sufrido a uno y otro lado de las ideologías nos dice que hay que oponerse a los Stalin, Hitler, Castro, Chávez, Franco, Mussolini y toda la caterva de monigotes que llegan al poder por unas urnas manipuladas. Siempre es una casta la que se impone a otra, y eso no es democracia.
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(Es muy largo el camino hacia la verdadera democracia)


También resulta vergonzante que Occidente diga que quiere imponer la democracia en Afganistán pero deja que en un país medieval como Arabia Saudí haya desigualdades abismales y se cometan todos los días cientos de violaciones de los Derechos Humanos. Es el precio del petróleo y la cara dura de la hipocresía. Pero repito, lo de Cuba tiene que acabar, por muchos paños calientes que le pongamos, por mucho que nos gusten Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, es una dictadura. Ya no sirve el argumento del bloqueo americano, Obama lo ha levantado pero todo sigue igual.