Éramos pocos…
Por si ya no fuera enrevesado el laberinto en que andamos metidos, ahora se complica la situación en la frontera entre las dos Coreas. Allí meten mano los norteamericanos, los chinos y supongo que Moscú tampoco estará quieto, mientras la UE, como siempre, esperando a ver qué dice el amigo americano. Bruselas ha perdido una oportunidad de oro de involucrarse diplomáticamente en el pulso que mantiene Irán con Occidente, y ya nos ha adelantado Lula, sí, Lula Da Silva, el brasileño, que está haciendo valer su prestigo para intentar suavizar la situación con Teherán.
Como se monte la tangana en Corea, ¿la UE estará otra vez para mandar tropas como hace en Afganistán? La broma nos cuesta 700 millones de euros al año sólo a los españoles, y aquello es un callejón sin salida. Europa se está durmiendo en los laureles de su historia de preponderancia, pero hoy las cartas están repartidas de otra manera, y la UE debe hacer valer el peso que realmente tiene y no practicar el seguidismo con Washington, que al fin y al cabo defiende sus propios intereses, no los europeos.
¿Se imaginan el peso político y económico que tendría una Europa unida, sumando Alemania, Francia, Reino Unido y una veintena de naciones más que juntas son todo un poderío (España, Italia, Polonia, Suecia, Holanda…)? Pero mientras Sarkozy y Merkel sigan jugando a ver quien pita más y en Londres sigan hablando inglés con acento yanqui, da igual que sean galgos o podencos, nos pillarán. ¡Qué oportunidad histórica se perdió en Lisboa!
No sé si es porque ahora tenemos información al minuto, y a veces sobreinformación, pero uno tiene la sensación de que pasan cosas muy gordas, aunque luego se difuminan en pocos días debido también a que vienen otras noticias que lo medios hacen espectaculares aunque no lo sean. También puede ser que estemos viviendo una época en la que realmente pasan cosas terribles y encima lo sabemos enseguida, y ya se nos han creado callos porque la mayoría de la gente no parece afectada.
Ahora se suceden los atentados con decenas de muertos, terremotos, tsunamis, crisis económicas de caballo, escándalos por pederastia, huracanes, guerras por todas partes, hambrunas, sequías, mareas negras de gran tamaño y hasta un volcán en Islandia que como los legendarios de Indonesia altera la vida de medio mundo. Pero no importa, todo es espectáculo, y estoy convencido de que si se supiera que un día de estos va a chocar contra La Tierra ese gran meteorito que lo reventaría todo habría cadenas de televisión dispuestas a retransmitirlo, no sé para quién. Se ha estimulado tanto la curiosidad que nos hemos vuelto insensibles.