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Olimpiadas

El ser humano tiene la mala costumbre de manchar todo lo que toca, y los Juegos Olímpicos no iban a ser una excepción.
aros.jpgEl espíritu olímpico se supone que es noble, haciendo caso a la frase del Barón de Coubertein cuando decía que lo importante es participar. Hemos visto que no, que hay que ganar, a veces como sea, y así han infringido el código ético atletas muy celebrados, porque una medalla de oro significa mucho dinero en según qué modalidades.
En cuanto a los estados, ahí la cosa se complica más. Si hablamos de la ultilización de la Alemania nazi de los Juegos de 1936 se nos salen los colores, y hemos visto cómo fueron boicoteadas las ediciones de Moscú y Los Angeles, siempre por política. Ahora estamos asistiendo a burradas tremendas realizadas por los chinos, que han «limpiado» la capital de los Juegos de lo que ellos consideran feo. Puro racismo al que las naciones del mundo y el Comité Olímpico han cerrado los ojos. Y es que hay mucho dinero en juego.

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Nos estamos portando mal

Los españoles no tenemos remedio. Con el trabajo que costó que nos aceptaran como uno de los países europeos con solera, en un pispás lo estamos echando todo a perder.
aaaa.jpgPrimero van lo del baloncesto y se proclaman campeones del Mundo, con el mosqueo consiguiente de Estados Unidos. Luego va Fernando Alonso y jubila a Michael Schumacher. La cosa no termina ahí, Rafa Nadal arrasa en todas partes, le toca las narices a los franceses haciéndose fijo en Rolan Garrós, y ahora amenaza el número uno a Federer, que es el niño bonito de franceses e ingleses a pesar de ser suizo, o por eso mismo. Encima va y gana al alpino en Wimbledon, el último reducto que le quedaba.
Ya teníamos cabreado a medio mundo y viene la guinda, lo imposible: la selección española de fútbol gana la Eurocopa y deja a Alemania (¡Alemania, Dios santo!) compuesta y sin título. Esto va mal, porque si hace dos años Pereiro ganó el Tour de Francia, el año pasado lo hizo Alberto Contador -que este año mosqueó también a los italianos birlándoles del Giro-, ahora va Sastre y remacha un tercer Tour español. Es que así no va a querernos nadie. Menos mal que Chiquilicuatre no ganó Eurovisión.