Reflexiones profundas (fútbol)
¿Otra cervecita? Estoy desolado, la vida ya no va a ser igual, Serbia ha perdido contra Ghana, Inglaterra y Estados Unidos han empatado y Eslovenia ha ganado a Argelia. ¡Qué trabajo! Hay que ver tres partidos todos los días, comentar la cantada del portero inglés y lo flojita que ha estado Argentina. Menos mal que Alemania siempre está ahí como una roca. He pasado un fin de semana en el que había fútbol por todas partes: Los Mundiales, la liga de 2ªA, las elecciones en el Barça y encima las eliminatorias para ascender. ¿Quén dijo crisis? Me entero de que la nación que gane el Mundial generará en los días siguientes un 7% más de riqueza, y entonces deduzco que ya tenemos la solución para la crisis: ni reforma laboral, ni eleciones anticipadas ni gaitas. (¡Qué fresquita está esta caña!) Dejémonos de ministros, sindicalistas y empresarios, y pongámonos en manos de Torres, Villa, Xavi y compañía. Llenemos los estadios de desempleados y cantinas, pongamos a los becarios a hacer quinielas y adoremos el fútbol. Hacer estadios hará renacer la construcción, las fábricas de textiles se dedicarán a tejer redes de porterías, camisetas y chándals, los que saquen mayor nota en la PAU estudiarán para directivos, árbitros y federativos, que para entrar en Medicina con un 5 van que chutan. Eso que chutan, porque todo es fútbol, y el Sócrates, el Kant, el Shopenhauer del futuro será Jorge Valdano. ¿La UD Las Palmas? Por favor, estamos hablando de fútbol. Y vaticino que el campeón será Mozambique… ¿Que Monzambique no está en Sudáfrica? Pues que vaya, puede ir caminando, está al lado… Y luego que vengan los raelianos… O los maoríes… ¡Y a mí qué si los maoríes no son extraterrestres! ¡Hip!