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España en el todo o nada

Me he impuesto el reto de escribir sobre la selección española de fútbol antes de que se juegue el partido que la clasifica o que la envía a casa. Si ha ocurrido lo segundo, saltarán chispas y se dirá aquello de que jugamos como nunca y perdimos como siempre, que el juego de pases español vale para jugar billar artístico pero no para clasificarse en un Mundial, que los jugadores españoles se lo han creído y en realidad son una panda de señoritos que no tienen conciencia de que en estos momentos a España le hace falta ilusionarse con algo, aunque sea fútbol, pues así han vivido los brasileños durante décadas, que si…
ajabulani.JPGEsto, claro, llenará de alegría a los que pregonan que el fútbol es el opio del pueblo. Y yo digo que si la consigna es «pan y circo», ya que el pan no abunda, al menos no nos jodan el circo.
Si España se ha clasificado, ese juego de billar artístico es la quientaesencia del fútbol, somos los mejores y todos deberían mirarse en nosotros. Vicente del Bosque será elevado a los altares, esos señoritos insensibles se convertirán en héroes, modestos chicos buenos que tienen un Ferrari en el garaje porque se lo merecen. No sé si en este caso España es primera o segunda de grupo, y tampoco sé cómo ha quedado el otro grupo, así que en octavos será Brasil o Portugal. Como se ha ganado, ya verán que va a dar lo mismo, los echaremos de Sudáfrica, sean portugueses o brasileños …
… Hasta ver si en el partido de octavos el juego de España es billar o fútbol. Depende de que la bolita entre o no.

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El gol a España de Sara Carbonero

No entiendo tanto de fútbol como para saber si el gol de Suiza fue un fallo de Casillas, aunque es evidente que siempre se puede mejorar una actuación. Aparte de que el nuevo balón le está jugando malas pasadas a los arqueros, lo que yo vi fue una cadena de errores defensivos y falta de entendimiento de todos lo jugadores, incluyendo a Casillas, pero no sólo él. Lo más curioso es que sea un periódico inglés, de la seriedad y peso de The Times, el que eche la culpa a Sara Carbonero, la periodista que es novia de Casillas, y lo ilustra con una foto de ella, en funciones de reportera, detrás de la portería española.
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(El problema son las pulseras de la periodista, me da que alguna de las muchas que lleva en la mano derecha es gafe, o simplemente demasiados colores a la vez)

Nuestro refranero dice que pueden más dos tetas que dos carretas, pero yo no me creo que un profesional veterano y curtido de la categoría de Casillas se distraiga porque su novia está a tres metros, en el mismo césped. Y esa es la cosa, que Sara Carbonero estaba justo detrás, lo cual resulta insólito porque nunca se ha visto a la novia de un jugador tan cerca del terreno de juego, normalmente las parejas de los futbolistas suelen estar en el palco cuando van al estadio. Pero esta es periodista, y hacía su trabajo, porque si hubieran jugado Valdés o Reina también habría estado allí. Aunque también es verdad que, dado el morbo que despiertan estas cosas, tal vez la periodista no debió estar tan cerca, por aquello de la mujer del César que tanto me gusta repetir. Claro que, entonces se la criticaría por no estar donde siempre se ponen los reporteros. Hablamos del machismo español, pero anda que el inglés.

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La única religión verdadera

Pero vamos a ver, ¿a quién se le ocurre poner un partido de la selección española a las tres de la tarde? Esto es un conspiración internacional, un complot ideológico, que empezó con los mercados, sigue con Angela Merkel y ahora lo remachan atentando contra una práctica religiosa que está en el ADN ibérico y aledaños: la siesta.
zpuente brooklin.JPGA un católico no se le puede poner un partido a la misma hora en que se celebra la única misa de una parroquia aislada, y lo mismo sucede con otras religiones, y si hay una religión unitaria en España esta es la siesta, que tanto nos criticaban los viajeros románticos ingleses y que ahora resulta que es reivindicada con estudios neurológicos y musculares de las universidades anglosajonas. Si es que teníamos razón, la nuestra, la siesta, es la única religión verdadera.
La siesta es la esencia de España, y a ningún otro país le afecta esa hora como a nosotros. La culpa de la derrota de España es de la FIFA, porque en la hora en que uno acostumbra trasponerse entre las nieblas de la siesta no hay manera de jugar con tono. Y claro, los suizos son los peores rivales a esa hora, tan cronométricos, tan exactos siempre. Ni Brasil es tan peligroso. Si en lugar de a las tres de la tarde el partido hubiera sido a las tres de la madrugada, España habría ganado por goleada. ¡Hombre, por Dios!
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(La foto es la reproducción de lo que estaba soñando cuando los suizos marcaron. ¿Qué significa? Iba a preguntarle a Jung, pero mejor lo dejo, porque Jung era suizo.)