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Vattimo

aZ.jpgUn amable comunicante me sugirió ayer que dedicase uno de estos comentarios a Gianni Vattimo, filósofo italiano en la órbita de las universidades americanas y padre de lo que se ha dado en llamar «Pensamiento débil».
Más que entrar al trapo, echo balones fuera, porque conozco un par de libros de Vattimo y, francamente, salvo haber sido uno de los acuñadores de la postmodernidad, poco más allá puedo ir, porque se mueve entre bastiones muy fuertes, del tamaño de Nietzsche, Heidegger y Orwell, una veces para explicarlos, otras para epigonarlos y las más para contradecirlos, casi siempre con argumentos que, a mi modo de ver, no son demasiado consistentes. Parte de la idea de la no existencia de Dios, pero luego se echa en brazos de la filosofía cristiana (lo cual puede no ser una contradicción aunque a primera vista lo parezca).
Como se ve, para entrar en este tema en profundidad hay que ser un especialista, y es evidente que sólo soy un diletante que simplemente lee e interpreta, pero sin escuela, rigor ni línea académica. En cualquier caso, tengo que decir que no acabo de fiarme de intelectuales como Fukuyama, Chomsky y el propio Vattimo, que al amparo del dinero de las fundaciones norteamericanas llevan años anunciando «el fin de la historia». Es como creer en Cioran, predicador impenitente del suicidio, que murió de viejo a los 86 años. Aquí queda el espacio para quien quiera entrar, porque como dijo aquel, yo soy el carpintero y sólo estoy arreglando el confesionario.

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Ya estamos otra vez

vvvv.jpgDe nuevo surge el debate estéril -otro más- en Canarias. Como en el congreso de CC se arpbó lo de la nación canaria, el PP ha tardado nada en saltarles al cuello. Y es que hay palabras que las carga el diablo, porque ni siquiera los más sofisticados diccionarios se ponen de acuerdo en la diferencia o la similitud de los términos que se refieren a una comunidad, un territorio, una cultura. Veamos algunas entradas del diccionario de la RAE:
Nación. Conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo gobierno. Territorio de ese país. Conjunto de personas de un mismo origen (¿canarios del mismo origen?) y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común.
Región. Porción de territorio determinada por caracteres étnicos o circunstancias especiales de clima, producción, topografía, administración, gobierno, etc. Cada una de las grandes divisiones territoriales de una nación, definida por características geográficas e histórico-sociales, y que puede dividirse a su vez en provincias, departamentos, etc. (Ya empiezo a no aclararme).
Estado. En el régimen federal, porción de territorio cuyos habitantes se rigen por leyes propias, aunque estén sometidos en ciertos asuntos a las decisiones de un gobierno común. (Esto parecen tenerlo más claro Ibarretxe y Montilla).
Territorio. Porción de la superficie terrestre perteneciente a una nación, región, provincia, etc. (?)
Pueblo. Conjunto de personas de un lugar, región o país (todos, supongo). País con gobierno independiente (ahí ya no me rindo).
En conclusión, que mientras sigamos discutiendo si son galgos o podencos, haya guerras fratricidas en todos los partidos y no haya un objetivo común DE INTERÉS GENERAL NO PARTIDARIO, el perrazo de la crisis nos seguirá dando chabascadas (¿han visto?, una palabra canaria, y no está en el diccionario de la RAE)
(¿Por qué esa foto? ¿Y por qué no? Si aquí el paro galopa y se debate sobre los anillos de Saturno, yo puedo hablar de una cosa en el blog y poner una foto sin sentido… Desde ese punto de vista, la foto se acomoda al comentario, no tienen relación alguna. Y no me negarán que estos dos hacen muy buena pareja. Dan más en pantalla que Soria y López Aguilar…)

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El Barranco de Víznar

Acabo de escuchar la noticia de que Garzón ha ordenado la apertura de la fosa granadina del Barranco de Víznar, donde están los restos de García Lorca y otros tres mil asesinados y casi me he echado a temblar. No sé, es una emoción indefinible, y escribo estas líneas sin otra guía que la de esas sensaciones y sentimientos que me invaden.
Federico.jpgHemos oído y leído muchas veces en estos días que los asesinados en aquella guerra merecen una sepultura digna. Y la merecen, pero al pensar en Lorca me he estremecido, porque el maldito Barranco de Víznar es hoy un lugar en el que el respeto y la memoria se unen conformando una dignidad que tal vez no pueda igualar el más fastuoso panteón.
Aquel paraje granadino es un cementerio, y acaso no haya mayor dignidad que dejar que reposen allí eternamente los restos de aquel poeta, aquel maestro de escuela y aquel banderillero que son la bandera de miles de personas que comparte su espacio y su memoria.
No sé. Siempre he imaginado el Barranco de Víznar como un lugar sagrado. El odio lo regó de sangre y el tiempo lo ha hecho florecer. En cualquier caso, Federico ya no está allí, está en sus versos, en su teatro, en las voces quebradas de sus amigos que lo lloraron y en las de quienes hoy les ponen música, y en la música que el propio Lorca rescató de la mano de su amigo el Maestro Manuel de Falla.