Mucho, mucho cuento
Desde hace unos meses, no dejo de escuchar continuamente que tal político tiene que construir un relato para explicar su postura, que se compone una narrativa de tal proceso, que se hace una historia de las causas de un resultado electoral. Todo esto nos lleva a una conclusión evidente que ellos mismos han determinado: parece ser que todo es una gran dramaturgia, encaminada a ocultar y resaltar en clave de ópera bufa la tragedia en que vive la gente de a pie y que la película no se parece al guión que nos muestran. Puro teatro y no sabemos qué se cuece entre bambalinas. El drama real está en la calle. ¿Relato? ¿Narrativa? ¿Historia? Los romanos decían que a la plebe hay que darle pan y circo, y cada día hay más circo en las instituciones y en los medios y menos pan en las alacenas de la gente. Por favor, dejen la ficción para novelistas, poetas y cómicos, salgan de su País de Las Maravillas y entren en el mundo real, porque, además, sus recitados son poco verosímiles y ya estamos hartos de tanto cuento.