Publicado el

A Franco no le gustaban las novelas

Carmen Franco, la hija del dictador, acaba de publicar un libro sobre su padre con la ayuda de dos periodistas, un español y un inglés. Como bien dice la «Carmencita» de aquellos anuncios de NO-DO, no era de esperar que ella fuese a poner sombras sobre la figura Franco, porque lo normal es que las hijas vean en su padre a un hombre cercano que alguna vez, cuando no andaba haciendo guerras, incluso pudo haberle contado un cuento antes de dormir.
letrero.jpgHay de todo, como el caso de Svetlana Stalin, la hija del dirigente soviético, que publicó un libro en Occidente en el que le decía a su padre de todo menos bonito, o la hija de Fidel Castro, o… Pero eso no era posible con Carmen Franco, puesto que ella misma ha sido parte del sistema, o al menos correa de transmisión de lo que hacía su marido, el yernísimo Marqués de Villaverde, que era tan osado que cuando Barnard hizo el primer trasplante de corazón en Ciudad del Cabo, él, que también ejercía de cardiólogo, hizo el suyo en Madrid, con pretensiones de récord, que cumplió, puesto que el paciente fue el primer trasplantado de corazón español en fallecer.
Pero todo esto es hacer llover sobre mojado, y es notorio que Franco no es precisamente una de mis devociones. Y por si fuera poco, su hija echa más leña al fuego, porque dice que Franco leía mucho, pero novelas no, sino libros serios. Me gustaría saber qué opinión tendría Franco de libros tan «ligeros y divertidos» sobre dictadores como Yo, el Supremo, El otoño del Patriarca, La fiesta del Chivo o Tirano Banderas. No le habrían gustado, él prefería la realidad de una dictadura a esos dictadores de papel que al fin y al cabo sólo existían en la imaginación de algunos seres inútiles que malean las mentes de los jóvenes. Es que hay tanto Unamuno, tanto Galdós, tanto Hemingway suelto…
Franco aborrecía a los novelistas, a mí me dan náuseas los dictadores.

Publicado el

Sobre la monarquía

Se montó hace unas semanas un pifostio del carajo cuando se publicó el libro de Pilar Urbano sobre la Reina, se estuvo hablando del papel de doña Sofía, del silencio necesario sobre algunos temas y sobre su papel institucional, que no constitucional, porque la Constitución de 1978 no le da ninguna misión, puesto que sólo es la esposa del Jefe del Estado, que es quien ostenta la representatividad y tiene que mantener una posición equidistante y prudente respecto de cada una de las opciones políticas; al menos en público.
Ayer, un periódico de Madrid corona.pngsacó una información sobre la intervención del Rey en el asunto de la venta de una parte de Repsol a una petrolera rusa. Será verdad o será mentira, pero está claro que lo que haga o diga el Rey sí que es fundamental porque constitucionalmente sí que tiene un papel en la estructura del Estado. Y la extrañeza me viene al ver que nadie ha entrado en ese asunto, ni a favor ni en contra, cuando esta vez sí que tiene importancia. Todo lo más, unos tímidos desmentidos de segunda mano por parte de la Casa Real.
Y este sí que es un asunto clave, puesto que la mujer del César no sólo debe ser honesta, también debe parecerlo, pero hay como miedo (o al menos precaución) cuando se habla del Rey, y yo creo que en una sociedad verdaderamente democrática esto no debería ser así. Es raro, la verdad.

Publicado el

¡Americanos … tata tachí, tachí, tachín!

La invitación del Cabildo de Tenerife a Barak Obama, para que visite la isla, no deja de ser una curiosidad. Antaño invitaban a los niños de la Operación Plus Ultra (perdonen los más jóvenes, pero es muy largo de explicar), y luego a recién casados, a un cantante famoso e incluso anduvieron y cobraron (bien cobrado) por aquí el Ex-Presidente Clinton y su Segundo Al Gore, reconvertido en un adalid medioambiental de la naturaleza… de los billetes de dólar.
d.jpgEste tipo de promociones a menudo son una inversión, porque si el figurón atrae sobre sí los medios de comunicación es publicidad para Canarias que costaría mucho más hecha a golpe de anuncios y campañas. Lo malo es que luego las visitas de estos famosos o importantes no se ve reflejada en los medios extranjeros, con lo que el efecto publicitario es tan nulo como cuando para carnavales invitan a toda la mediocridad de la noche madrileña a pasarla en Las Palmas o Santa Cruz, que no sé para qué sirve, como no sea para dar más risa que la ex-novia de un torero cuando… Ya saben.
Pero esto ya me parece de una ingenuidad candorosa. Es tan increíble, que a lo mejor mañana tengo que envainármela porque el mismísimo Obama se está echando un café en Los Paragüitas. Puede ser; pero en lo poco que yo conozco, invitar nada más y nada menos que al Presidente Electo de Estados Unidos es una osadía tan disparatada que lo mismo el tío va y acepta.
Como si Barak no tuviera trabajo, pues ahora resulta que no sólo es amigo de Zapatero, sino que su gente se tutea con Moratinos. (Aznar con los pies sobre la mesa junto a Bush va a ser un juego de niños). Porque puede que Obama quiera intensificar relaciones con Canarias, realizando hermanamientos cojonudos: Oklahoma y Trisquivijate, Nebraska y Valle Guerra, Idaho y La Matula, y, por supuesto, Alaska y Los Pegamoides, Dinarama y Fangoria de una tacada. ¡Ay, Señor!