Lápiz corto-memoria larga
La informática nos gobierna y determina parte de nuestras vidas. Cuando tenemos un problema con el ordenador, se rompe el ritmo, nos encontramos incomunicados y ya roza la catástrofe si un virus nos inhabilita la máquina hasta el punto de hacernos perder la libreta de direcciones de nuestros contactos por correo electrónico.
Decía Unamuno que vale más tener un lápiz corto que una memoria larga, y eso sigue valiendo hoy, porque tenemos las largas memorias de los ordenadores y los móviles, pero si se nos estropea el aparatito no podemos siquiera llamar a nuestro mejor amigo. En la memoria de los móviles están los números que hemos ido introduciendo y que luego usamos sólo con la llamada del nombre, pero no nos sabemos las nueve cifras del teléfono de nuestros hijos o de las personas más cercanas.
De modo que, cuando se nos rompe el móvil o el ordenador nos quedamos fuera de circulación. Por eso es buena la medida de tener una libreta manual con esos números y esas direcciones de e-mail, usando el lápiz corto de Unamuno. Si es así, cuando se nos estropee el móvil o el ordenador siempre podremos recurrir a la memoria física de puño y letra. Hay que hacerlo, porque tarde o temprano las máquinas se paran.
