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La crisis no es para ellos

La primera memoria de las celebraciones de días y años internacionales de algo la tengo de 1975, que fue el Año Internacional de La Mujer. Luego cada año se lo dedican a una cosas (seguramente antes también), y durante el año es recurrente la celebración de fechas señaladas para destacar algo por lo que merece la pena luchar, sea contra una enfermedad terrible, una lacra social o una injusticia repetitiva. zzDSCN2328.JPGY es que el mundo está hecho un desastre, porque sabemos lo que ocurre y cómo resolverlo, pero quienes pueden hacerlo se dedican a acumular más dinero, a especular o a generar guerras con las que también hacen caja. Escuchaba hace unos días en la radio que en Guatemala el 75% de los niños están desnutridos, y un periodista comentaba que en el aeropuerto de la capital están los concesionarios de las grandes marcas de automóviles de lujo, al lado de las chabolas de la miseria. Por lo visto en ese país se venden eso lujosos coches más que en España, lo que da idea de que unos pocos acumulan y dilapidan lo que da el país. Otra cifra: el 1% de la población mundial posee la mitad de todo, y eso es la media del planeta, porque en los países del Tercer Mundo las cifras deben ser áun más injustas. Nadie mueve un dedo, y esas fortunas multimillonarias crecieron en 2009 en un 8%. La crisis no es para ellos.

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Irresponsables

Se habla demasiado de los detalles alrededor del acto del Día de la Hispanidad en el Paseo de la Castellana de Madrid. Para empezar, no entiendo por qué una fecha tan significativa para el mundo hispánico se celebra con un desfile militar. En todo caso, un desfile civil, que ya las Fuerzas Armadas tienen su día a comienzos de verano. Esa manera de identificar Estado con Ejército es una herencia decimonónica.
zyDSCN3098.JPGTampoco entiendo ese debate sobre si no sé quién iba vestida así o asao, porque parece que estamos ante otro tipo de desfile, el de moda, que no es el caso en una fecha solemne. Y no es muy edificante que los invitados se pongan a discutir en público sobre si aquel presidente autonómico regala anchoas o si la financiación de los ayuntamientos endeudados ha quedado paralizada. Cada cosa en su sitio, pero poco pueden pedir respeto los políticos cuando ellos se pasan el acto entre chismorreos y puestas en escena infantiles. Dicen que cada país tiene los políticos que se merece, pero me niego a creer que España se merezca a estos irresponsables.

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FOTO: Lo que más me interesó del acto fueron las acacias florecidas a destiempo.

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Premios literarios previstos

Como cada 15 de octubre, esta noche se falla el Premio Planeta de novela, aunque más que decir fallar debería ser anunciar, porque un fallo proviene del sesudo estudio que hace el jurado de las novelas presentadas, y sabemos que no es así, porque, qué casualidad, hace treinta años que no lo gana un desconocido, siempre es alguien que tiene ya un nombre que asegure las ventas. Cuando veo a los escritores primerizos que se presentan a estos premios de tanta repercución siento ternura, porque esas son las novelas que suman las cuatrocientas o más que se presentan. Pero no cuentan sino unas poquitas, o mejor dicho, cuentan dos, la ganadora y la finalista.
zpremio-planeta[1].jpgTodos los años saco cuentas y miro a ver qué escritores famosos no lo han ganado, o casi famosos pero que pertenecen a la cuadra de Planeta-Seix Barral. Si digo media docena acierto seguro. Algunos fichan con la promesa de que en un año o dos les darán el gran premio, y este año ando algo despistado, pero por eliminación se me ocurre que no lo tienen Vila-Matas, Elvira Lindo, Pedro Zarraluqui, Javier Sierra o alguno de estos periodistas de tertulia metidos a novelistas históricos. Tampoco lo tienen Cercas, Mendoza y Javier Marías, aunque si lo ganaran me llevaría una sorpresa y una decepción. Incluso cuenta María Dueñas, el fenómeno literario del año, si es que ha tenido tiempo de escribir nueva novela. Quedan fuera Almudena Grandes y Jesús Ferrero porque acaban de publicar (a ver si voy a tener que morderme la lengua…)
Y es que cuando hablo de estos premio no se trata de literatura, sino de prestigios inflados y de negocio. Esto no quiere decir que a veces no gane una buena novela; es natural si quien lo obtiene es un buen novelista, como Semprún o Muñoz Molina. Y otras es el nombre el que prestigia al premio (Cela, Vargas Llosa, Marsé, Torrente Ballester). Pero, ya digo, no estamos hablando de literatura. ¿Se imaginan a un escritor con oficina en varias ciudades y media docena de personas trabajando para él? Pues los hay. Debe ser que yo todavía tengo una idea romántica de la literatura.