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Idolos con pies de barro


Que me perdonen los entusiastas de esas figuras rutilantes de la música pop, pero cada vez los gustos musicales de masas se alejan de los míos. Sin duda, entre estos iconos hay algunos artistas que tienen calidad, como puede ser Lady Gaga, que empieza a perder respeto con su propio nombre artístico y con las tonterías que dice y hace, aunque finalmente su música es buena.
idolosssss.JPGNo podríamos decir los mismo de artistas adolescentes prefabricados, como Miley Cyrus (Hanna Montana) o Justin Bieber. Se trata de crear un icono y da igual si canta, aúlla o regurgita. Las adolescentes enloquecen y se pone a funcionar la máquina de hacer dinero. Lo más terrible es que estas criaturas hablan en entrevistas y dicen disparates como catedrales, o tonterías sin fundamento que son recogidas con grandes titulares a veces hasta por lo medios supuestamente más serios. Con esto se crea opinión, es decir, se crea el estado letárgico de no tener opinión. Y no me trago la retahíla de que a los adultos nos pasa con estos fenómenos como a nuestros padres con The Beatles, que son el futuro de la música pop. Y es que la presión mediática hace que mucha gente crea que estos que hacen gorgoritos tiene la talla de Michael Jackson o Madonna. Pues no, y cuanto más los oigo más seguro estoy de lo que digo. Claro que, pensando que Belén Esteban es una estrella mediática, estos por lo menos cantan; mal, pero cantan.

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Hacia los ángeles

pulpo112.JPGCuando el filosofo escolástico humanista Pico della Mirandola escribió Oración por la dignidad del hombre, tenido como el manifiesto renacentista, vino a decir que el hombre tenía facultades divinas y que no debía desaprovecharlas. Afirmaba que el ser humano es el único que no es de una forma fija, determinada y permanente, que evoluciona (esto es hoy muy discutible pero entonces Descartes no había nacido). Volviendo al filósofo, insiste en que el hombre procede de la bestia y avanza hacia la divinidad, con lo que en un futuro puede llegar a la altura de los ángeles. Claro que, decía que eso depende del mismo hombre, pues puede avanzar o retroceder porque es dueño de su libre albedrío. Hace unos días, el escritor Luis Racionero afirmó que él confía en que estemos caminando hacia lo angelical, alejándonos de la bestia. Eso propuso Pico della Mirandola y de las dos opciones Racionero eligió la buena porque se confiesa optimista. Yo no digo nada, y dejo en el aire la pregunta de si en verdad el ser humano avanza hacia la sabiduría espiritual o retrocede hacia la bestia de su origen.

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La sucesión

Hay quien tiene buena mano para llevarse bien con sus ex, y dicen los especialistas que eso ocurre cuando la ruptura se produce antes de que se envenene la relación. El romance de los presidentes del Gobierno de España con el poder debe formar parte de otro negociado, porque todos acaban de mala manera. El único que se marchó discretamente fue Calvo-Sotelo, como transcurrió su presidencia, que uno dudaría si existió de no ser porque calladito nos metió en la OTAN. Suárez dimitió en medio de un remolino, Felipe González fue arrastrado por un rosario de hechos y Aznar, csl2886l[1].jpgque pudo irse más o menos bien, empezó a liarse casi al final con lo de la guerra de Irak y lo remachó con la mala gestión de la crisis del 11-M. Zapatero lo tiene muy mal, porque esta crisis de caballo se lleva por delante a cualquiera, y creo que está gestionando muy mal su marcha o su permanencia.
En mi opinión, si quiere hacerle un favor a su partido, debería presentarse y perder con la cabeza alta, para que luego un congreso elija a quien habrá de sucederle. Si se marcha, el sucesor o sucesora recibirá un regalo envenenado, porque puede comenzar su camino perdiendo unas elecciones que querrán castigar a Zapatero, que no es el candidato. Eso le ocurrió a Rajoy, y esa es mala cosa para alentar a un electorado. No quiero actuar de adivino, pero haciendo prolongación de los comportamientos de Zapatero, creo que se irá para poder decir que nunca perdió unas elecciones. Y si se va, debe hacerlo ya, anunciarlo antes de las locales de mayo, para quitar al PP la posibilidad de que las municipales y autonómicas se conviertan en un plebiscito. Sin Zapatero, los candidatos arrastrarán menos lastre. Pero a estas alturas no me es posible creer en la generosidad política, porque es costumbre que, mientras los empecinados caen al abismo, lo hagan gritando aquello de «¡Muera Sansón con todos los filisteos!» Y los filisteos son los de su propio partido. Eso hizo Aznar.

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(Las columnas que se quiebran no son las que derribó Sansón en el templo de los filisteos sino las que sostenía el santuario de la justicia social, el estado del bienestar y las conquistas ciudadanas de más de un siglo).