Idolos con pies de barro
Que me perdonen los entusiastas de esas figuras rutilantes de la música pop, pero cada vez los gustos musicales de masas se alejan de los míos. Sin duda, entre estos iconos hay algunos artistas que tienen calidad, como puede ser Lady Gaga, que empieza a perder respeto con su propio nombre artístico y con las tonterías que dice y hace, aunque finalmente su música es buena.
No podríamos decir los mismo de artistas adolescentes prefabricados, como Miley Cyrus (Hanna Montana) o Justin Bieber. Se trata de crear un icono y da igual si canta, aúlla o regurgita. Las adolescentes enloquecen y se pone a funcionar la máquina de hacer dinero. Lo más terrible es que estas criaturas hablan en entrevistas y dicen disparates como catedrales, o tonterías sin fundamento que son recogidas con grandes titulares a veces hasta por lo medios supuestamente más serios. Con esto se crea opinión, es decir, se crea el estado letárgico de no tener opinión. Y no me trago la retahíla de que a los adultos nos pasa con estos fenómenos como a nuestros padres con The Beatles, que son el futuro de la música pop. Y es que la presión mediática hace que mucha gente crea que estos que hacen gorgoritos tiene la talla de Michael Jackson o Madonna. Pues no, y cuanto más los oigo más seguro estoy de lo que digo. Claro que, pensando que Belén Esteban es una estrella mediática, estos por lo menos cantan; mal, pero cantan.