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Un espectáculo casi perfecto

¡Pasen y vean, damas y caballeros, niños y niñas! No se confundan, este no es el mayor espectáculo del mundo, es el más fabuloso y genuino carrusel de atracciones, variedades y actuaciones jamás vistas una detrás de otra. Estos días han sido de una actividad artística extraordinaria: el ministro Montoro, sin red ni arneses de seguridad, a cuerpo libre, no solo desafía la ley de la gravedad de los tribunales que declaran ilegal su amnistía fiscal a los defraudadores, sino que en una exhibición de funambulismo cuenta chistes sobre zanahorias y burros elípticos. Rajoy ha tenido algunas actuaciones memorables, donde realiza un número único en el mundo: aporta unas palabras al azar y quien escucha las coloca a su antojo y puede formar la frase que le dé la gana.

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Lecciones de nuevo demócrata

Ya debiéramos estar acostumbrados a que nos etiqueten de lo primero que se les ocurra. Que desde la derechona se me mire mal no es que me importe, es que me tranquiliza. De la izquierda es más complicado hablar, porque aunque fuese el más radical de mundo, siempre surgirá alguien que se cree más a la izquierda. Así que ya me resbala que, por dar mi opinión, me puedan colocar adjetivos distintos e incluso opuestos. De un tiempo a esta parte resulta que se ha instaurado la moda de dar lecciones de cómo ser demócrata, palabra que por lo visto acaban de implantar y que otros nunca hemos entendido. No me espanta que se erijan en adalides de esta corriente las nuevas generaciones, porque eso es lo normal, cada hornada trae su propia lectura de la historia; paralelamente a eso, entre la risa y el patetismo, criaturas de largo recorrido se han convertido en oráculos de la nueva política, una especie de nuevo cuerpo profesoral de la democracia «verdadera».

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En el solsticio de verano

¡A la hoguera!
Echemos a las llamas las mentiras, calumnias o injurias que arman quienes viven
en la frustración, la envidia y el fracaso propio del que culpan a los demás.
Quememos el odio, sea cual sea su tamaño, porque una leve brizna de su esencia
se multiplica en el infecto alimento de sí mismo; tan putrefacto es el que pone sal
en las heridas y las ilusiones como el que genera catástrofes humanas de
dimensiones bíblicas. Solo es cuestión de oportunidad.
Prendamos fuego a la indiferencia que nos hace cerrar los ojos ante el sufrimiento
ajeno, y enviemos al olvido las ofensas, murmuraciones, traiciones e infamias
que nos pesan en el orgullo.
***
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Mantengamos siempre lejos del fuego la memoria de los afectos,
la fuerza de la generosidad y el peso de la lealtad.
¡FELIZ SOLSTICIO DE VERANO!