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Los dos conejos y la jauría

Nuestro paisano Tomás de Iriarte conocía muy bien el espíritu español cuando escribió su famosa fábula Los dos conejos, que se pusieron a discutir si los perros que los perseguían eran galgos o podencos. Entretenidos con el fragor del debate usaron sus fuerzas en hablar y no en correr, de manera que fueron alcanzados por los perros. zzzttttFoto0817.JPGEl problema actual es que quienes discuten en las alturas sobre lo que hay que hacer están bien cubiertos y nunca serán alcanzados por la jauría, y ello consumen el tiempo y el esfuerzo en ver si logran meter a uno de los suyos en la dirección del PP andaluz, ahora que se va Arenas, en forcejear sobre los plazos y los candidatos de las primarias del PSOE, y en asuntos personalistas por el estilo, mientras el Gobierno se esfuerza en cambiar leyes a martillazos y abrir nuevos debates inútiles sin que se note el cambio en beneficio del interés general. Paralelamente, se consumen horas y horas debatiendo la sanción a Cristiano Ronaldo o si la prima del cuñado de la exnovia de un famosillo anda ronroneando con tipo que por lo visto está comprometido. Y resulta que hay casi seis millones de parados, que hay alumnos que van al colegio sin desayunar, que mucha gente ha perdido el techo al que la Constitución le da derecho, que… No se mueve un dedo. En Canarias hay un 34% de desempleo, se han deteriorado los servicios sociales de manera escandalosa, no hay dinero ni para lo urgente ni para lo necesario, pero sí que aparece para los festejos de los poderosos. Y el debate es si Paulino va a ser de nuevo candidato a la Presidencia o deja paso a Ana Oramas. A eso se dedican y a no perderse una romería. Ahora dicen que Wert no irá a los Goya. Ya sabíamos que el cine y la cultura en general no le interesan, casi mejor que no vaya, ya está cubierto el cupo de hipócritas. Es decir, desde que empezó la crisis (y lleva seis años), nada se ha hecho que mitigue la sangría social y humana; eso sí, cambiaron la Constitución para pagar con dinero público deuda privada y aprobaron una reforma laboral infamante y esclavista. No sé si serán galgos o podencos, pero estoy seguro de que son perros.

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Un país dialogante… Y dos yunques

DIÁLOGO 1

Rubalcaba.- Es que ustedes, con su mayoría absoluta, no han querido escuchar a nadie en la Reforma Laboral, la Ley de Protección de la Vida del Concebido y de los Derechos de la Mujer Embarazada (el nombre parece una burla), las leyes de Wert, la de Seguridad Ciudadana, las subidas del IVA…
Rajoy.- Si no tiene propuesta alternativas, lo que tiene que hacer es callarse. Haga alguna aportación, y si no déjenos trabajar.

DIÁLOGO 2

Artur Mas.- Cataluña tiene derecho a decidir, y lo harán solamente los catalanes, porque somos una nación.
Felipe González.- Para decidir sobre Cataluña hay que preguntar a todos los españoles.

DIÁLOGO 3

PAULINO RIVERO.- Las prospecciones petrolíferas son un peligro para Canarias y su principal fuente de riqueza, el turismo.
SORIA.- Las prospecciones petrolíferas son una fuente de riqueza para Canarias.
yunque_grande_01[1].jpgAsí me gusta , que haya diálogo, aunque no veo que se entrecruce una sola idea. Felipe González dice que deberíamos olvidar la historia de España salvo los últimos 30 años, y tanto el PP como Artur Mas parecen empeñados justamente en lo contrario, olvidar las tres décadas de consenso y volver a los cinco siglos de follón que nos han precedido.

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Roma traidoribus non premiat


zzzz20140124_134314.jpgEsta es una historia cuyo parecido con la realidad es pura coincidencia. Se trata del relato que da lugar a la frase «Roma no paga a traidores», que en el título va en latin porque es más solemne (dónde va a parar). Antes nos contaban en el colegio la gesta de Viriato, un valiente caudillo lusitano (portugués, para seguirnos entendiendo), y digo antes porque si en tiempos muy pretéritos se incidía en la historia desde una falsa visión de heroísmo ibérico, los sucesivos planes de estudios casi la han hecho desaparecer.
El caso es que no había manera de que la gran Roma preimperial (siglo II a.c.) llegase al Atlántico, porque, cada vez que los romanos se acercaban a Portugal, Viriato machacaba una detrás de otra las tropas de centuriones tan prestigiosos como Cayo Vetilio, Cayo Plancio y Cayo Nigido (los enumero para documentar que llamarse Cayo era para los romanos como ahora llamarse Manolo). Entonces, el cónsul Escipión mandó a otro centurión, un tal Marco Pompilio Lenas (esto ya tenía más nivel, era como llamarse Carlos Javier), con el encargo de que sobornara a tres lusitanos, con nombres de más porte: Àudax (Pedro), Ditalco (José) y Minurus (Ramírez) para que traicionaran a su líder y lo eliminaran. Cuando el trío se presentó en el campamento romano con la cabeza de Viriato y para cobrar la recompensa, el cónsul Escipión pronunció la dichosa frasecita (Roma no paga a traidores), y además ordenó: «¡Que los quiten del Mundo!»
Y los quitaron. Al menos fue así cómo me lo contaron. Ya digo, una historia que no tiene relación con la actualidad.