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Lennon, La Iglesia, la violencia y el machismo

cccc.jpgLa verdad es que hoy no sé por donde empezar, porque es 25 de noviembre, día Contra la violencia de género, de lo que ya no sabe uno qué decir, viendo tanto macho con cerebro reptiliano que se erige en dios y dispone de la vida de una mujer que considera de su propiedad, y no lo es ni casada, ni divorciada ni porque a ese energúmeno se le haya metido en la cabeza que tiene que ser para él, aunque ella tenga otros gustos. La verdad es que en días como hoy me da vergüenza ser varón.
Otro asunto es el de La Iglesia, que ha decidido perdonar a John Lennon porque hace cuarenta años dijo que los Beatles eran más famosos que Jesucristo. Y eso, aunque es una afirmación hija de la prepotencia del éxito temprano y mal digerido, también es un hecho objetivamente cierto, porque hay millones de personas de religiones no cristianas que desconocen por completo la figura de Cristo, y sin embargo en 1968 sabían perfectamente quiénes eran los Beatles. Podríamos decir hoy lo mismo de Madonna y en sentido inverso afirmar que el anime japonés es más famoso que el taoísmo.
Y lo tercero son las afirmaciones de Monseñor Cañizares, que mete en el mismo saco el aborto, los matrimonios homosexuales, el laicismo, los crucifijos en las escuelas y lo que él llama una sociedad enferma. Esto requiere un ensayo en cinco tomos, pero ya es hora de que empecemos a distinguir que Dios es una cosa, el Cristianismo otra, la Iglesia otra y los creyentes otra. Pero ellos se atribuyen la exclusiva de Dios, y eso, de entrada, contraviene la propia definición de divinidad. Y los no creyentes no son necesariamente ateos. Pero ya seguiremos con esto.

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Venezuela

venezuela.jpgNo tengo ni idea de lo que diría Francisco de Miranda si viese por el agujero de una llave la Venezuela actual. Tampoco sé qué pensaría Bolívar, ni lo que dirían el sabio Andréz Bello, el insobornable Rómulo Bethencourt y el genial Rómulo Gallegos. El chavismo ha llegado a Venezuela por la urnas y se mantiene por las urnas, pero dicen que la mujer del César no sólo debe ser honesta, también debe parecerlo, y las bravatas de Chávez hacen que no sea un hombre creíble, porque sus payasadas televisadas quitan la razón al discurso igualitario que dice pretender el chavismo.
Y ahí está el problema, el chavismo, como el castrismo, el peronismo, el porfirismo, el sandinismo y todos los ismos latinoamericanos que se miran en un caudillo, esperando a alguien que venga en un caballo blanco a sacarlos de la miseria. La democracia es otra cosa, incluso puede ser lo que dicen los chavistas, pero sin Chávez, y no se puede invocar a las urnas cuando se dice en el Estado de Carabobo, donde nació la independencia, que si gana la oposición en las elecciones él, el caudillo, sacará los tanques a la calle.
Con respecto a Venezuela no creo a nadie, porque la fanfarronada vale lo que un barril de petróleo de Maracaibo, ayer a 140 dólares, hoy a la tercera parte. Con esas premisas no se puede esperar democracia, y lo que se colige de todo esto es que Venezuela está muy jodida, primero con los corruptos que la han vaciado durante décadas y ahora con los que dicen defender la igualdad.