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Preguntas sobre la gripe A

Dicen algunos entendidos que la declaración de pandemia hecha por la OMS es una medida que capacita a los gobierno a vacunar a un ciudadano aunque él no quiera. Otros van más lejos y empiezan a especular con la teoría conspirativa, y como no hay claridad en los gobiernos la gente echa a volar su imaginación, porque a veces una media verdad es peor que una mentira.
a12.JPGCuando comenzó el curso escolar se habló de un protocolo para la gripe A en los colegios, pero ahora resulta que el centro escolar no puede aplicar medidas tan claras como el aislar a los contagiados porque no tiene esa información. Los médicos no dan ningún documento en el que figure el diagnóstico, y sin ese papel no se puede actuar porque los profesores no tienen capacidad legal para decir quien tiene y quien no tiene gripe A. Ese es uno más de los muchos elementos reales que no se corresponden con lo que dicen en los medios las autoridades sanitarias.
Ahora dicen que el 16 de noviembre comienzan las vacunaciones, y hay demasiadas preguntas sin contestar. Algunas se contestan solas dejando discurrir la mente. Por ejemplo: si el virus en su estado actual no muta, estamos ante una infección leve, mucho menos peligrosa que la gripe estacional; por lo tanto, no hay por qué alarmarse y aplicar una vacuna cuyos efectos secundarios no están testeados a fondo, que sepamos. Puede incluso que sea la vacuna el desencadenante de una gravedad mayor. Y hay también un dato importante: en los últimos 70 años el virus no ha mutado, y con tanta desinformación hay quien especula con que la mutación va a ser provocada. Por otra parte, y suponiendo siempre buenas intenciones, si el virus muta, da igual la vacuna, puesto que nada podrá contra el virus nuevo, pero, como es una pandemia, el estado puede obligarte a la vacunación. Ya ocurre en Massachusetts, donde hay una multa de 1.000 dólares por día que estés sin vacunar cuando hayas sido citado. Es decir, salvo que seas multimillonario, tendrás que vacunarte a la fuerza, porque si no morirás igualmente de hambre.
De manera que, tanta lucha por el poder, tanta pelea por una caja de ahorros y tanto debate estéril absorben las energías que harían falta para tener a la población debidamente informada. Si no hay trampa ni cartón, ¿a qué tienen miedo? La deducción es simple: si esto se hace deliberadamente atendiendo a motivos ocultos, malo; si se hace por ineptiud, malo también.
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Cuando terminaba de escribir esta entrada he visto en Internet que el Real Madrid ha perdido 4-0 ante el Alcorcón. Miré en otra fuente porque estaba convencido de que era un error (a veces ocurre). ¡Buaf, tanto millones de euros arrasados por un segunda B! «Ejto é increíble», que diría Bisbal. Que al Madrid le gane el Milan, vale; que le pase por encima un Barça estratosférico, vale; pero que lo humille ¡el Alcorcón! Chacho, chacho, chacho…

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Y tú más

Cuando el vendaval Gürtel azota los distintos niveles de la estructura del PP, sale una de sus dirigentes y pide una investigación por las adjudicaciones que a esta empresa tabú se hicieron desde el Gobierno del PSOE. Independientemente de si hay o no corrupción, la idea es que «yo estoy pringado pero tú también». Ya hemos visto que el PP siempre se defiende atacando, pero eso no tranquiliza, porque lo que queda es la duda que se ha sembrado. Hace décadas que andamos dándole vueltas a las irregularidades en la financiación a135.JPG de los partidos políticos, pero nadie le ha puesto el cascabel al gato: transparentar las reglas, y diferenciar claramente qué dinero va a los partidos y cuánto se queda en mano particulares. Esto, además, es descorazonador para la gente que confía en los políticos, porque lo que mina la democracia no es que este o aquel sean culpables (juzgado y fuera), sino que se cierna sobre todos la duda.
Y mientras estamos hasta el cuello en una de las crisis económicas más duras que se recuerdan, y ante la cual habría que juntar energías para buscar la luz al final del túnel, estas se pierden no sólo en el diario «Y tú más» de unos y de otros, sino en las luchas intestinas de los propios partidos, como vemos en el PSOE Canario o en el PP de Madrid, que son las que más nos llegan por sus ecos, pero que son exponente de lo que se cuece en el resto del territorio. Y, claro, en este caldo de cultivo, los catastrofistas se ponen las botas, porque yo no tengo memoria de que haya habido en nuestra historia reciente una clase política más desprestigiada. Esto empieza a parecerse cada día más a la Italia de la operación Manos Limpias. Claro que lo que vino después -Berlusconi- tampoco tranquiliza.

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Violencia gratuita

Cada vez que veo en los periódicos el nombre de Ciudad Juárez (El Paso después del puente fronterizo con Estados Unidos) tengo el impulso de pasar la página porque me horroriza tanta muerte inútil, tanto ensañamiento, tanta cerrazón. El estremecimiento que nos transmite Roberto Bolaño cuando cuenta estas historias en su novela póstuma 2666, o la perplejidad ante los relatos de Elmer Mendoza, no nos dan ninguna explicación sobre el origen de tanta violencia.
vv83.JPGPero, por desgracia, no es sólo Ciudad Juárez, donde han muerto asesinadas más de 2.000 personas en lo que va de año. Hemos visto en estos días el clima de violencia en las favelas de Río de Janeiro, lo poco que vale la vida en los barrios de Bogotá, Medellín o Los Angeles, y temblamos al ver cómo las distintas mafias son dueñas efectivas de ciudades como Nápoles. Veo a un niño colombiano en televisión que dice que muy pronto disparará en una banda, y en Nueva York estas bandas se nutren de muchachos que aún no se afeitan.
Es una locura, ya la vemos en España. Y en Canarias, donde portar armas blancas es lo normal en ciertos ambientes (incluso ya empieza a haber pistolas). Hace apenas veinte años, cuando aquí se cometía un crimen era un baldón social durante años; ahora es noticia durante unos días, porque antes era cosa muy rara y ahora sucede con demasiada frecuencia. Y si es una gran verdad que nada tiene tanta importancia como para matar, más terrible es que la gente se mate sin saber por qué. Es la inercia violenta de esta sociedad que no sabemos hacia dónde nos conduce.